EL viernes se confirmó en la sede de la Real Federación Española de Fútbol que Luis Aragonés, al contrario de lo que predica, se deja llevar por las connotaciones y no por la justicia. Las mismas connotaciones que le hicieron anunciar su marcha, desdecirse, dimitir, rectificar y volver después del Mundial de Alemania. La misma justicia que predica y no aplica para el amistoso del próximo miércoles en Málaga frente a Francia.

Y es que, lejos ya del eterno caso de Raúl y su no presencia en la selección por cuestiones ajenas a las deportivas, no deja de ser curiosa la presencia de algunos futbolistas en la convocatoria. Se supone, o así nos lo hacen llegar, que estos partidos son de preparación para la Eurocopa. Pues bien, uno de los presentes es David Albelda, un jugador apartado medievalmente de su equipo y que, cerrado el mercado de traspasos, no va a estar en Austria y Suiza este verano. Otro es Bojan, el extraordinario jugador azulgrana que merece estar en la selección por lo que hace cada fin de semana e, incluso, acudir a la Eurocopa. Pero Luis confiesa que lo llama para impedir que pueda jugar con Serbia y que, después, volverá con la sub 21 y se quedará sin premio de verano. Luego están las presencias de Pablo o de Marchena, pero esto sí son cuestiones técnicas. Lo otro son las connotaciones de Luis, que no la justicia de un Luis que ve como le siegan el césped bajo sus pies. La última, después de que un medio de comunicación apuntara que su sustituto será presentado antes de la Euro, ha sido amenazar con irse ya si se produce tal circunstancia.

¿Pero no tendrá la Federación que preparar en modo y manera la sucesión? ¿Pero no había anunciado el promotor de la roja que abandonaba el cargo tras el Europeo? O es que aún andamos pendientes de las connotaciones. Ay, las connotaciones de Luis.