DIGA lo que diga José María del Nido, lo de esta noche en San Mamés es una becerrada en la que los bureles han sido convenientemente afeitados en comparación con lo del miércoles en el mismo sitio y a la misma hora, a la misma hora del miércoles, claro. Lo de esta noche es muy importante, claro que sí, sobre todo para un Sevilla que no quiere darle una sola ventaja a sus perseguidores, a esos que quieren lo mismo que él y que tan poco empeño ponen en la tarea. Es un partido con mucho que ganar y no tanto que perder, Del Nido le da importancia capital, pero lo tremendo es lo que se librará el 4, miércoles por todo el día.

Cuentan que hoy amanecerá Bilbao engalanada como si ya fuera miércoles, pero no es miércoles. Lo de hoy será en el Bocho como un ensayo general con todo, un aperitivo sin que haya un botín en juego como el que se va a dilucidar el miércoles, festividad del polaco San Casimiro. Hoy será como el primer acto de un asunto que va a culminar despejando la incógnita de cuál de los dos, Athletic o Sevilla, estará en Valencia el 13 de mayo. Insisto en que aunque Del Nido haya recalcado que lo de esta noche, por proximidad y porque la Champions aprieta, tiene prioridad, no siempre va a ir el racial abogado acompañado de la razón, no siempre, por supuesto que no.

Pero como hay que darle tiempo al tiempo, emboquemos la cuestión más cercana en el tiempo. El partido de esta noche tiene la importancia de cualquier partido de Liga, pero el colchón que el Sevilla disfruta le da opción a esperar el desquite. El miércoles, no; el miércoles no ha lugar al desquite y los que sabemos cómo vive Bilbao cuando está olisqueando final de Copa para su Athletic podemos atestiguar que lo de esta noche será como un ensayo general. Así y todo, como en Coruña, el Sevilla está capacitado para cantar bingo ganando esta noche y saliendo vivo el miércoles de la leonera. Pero, por favor, no equiparemos esto con lo del día de San Casimiro.