LES recordaba ayer que el moderno antisemitismo racial, darwiniano y "científico" jamás halló, salvo raras excepciones, arraigo en Inglaterra. Con orgullo de anglófilo mi padre me contaba como los londinenses desbarataron en 1936 el intento del fascista Mosley y sus camisas negras de asaltar los comercios y domicilios judíos del East End. "Me emocioné hasta las lágrimas -narraba un testigo- al ver judíos barbudos, obreros irlandeses católicos y socialistas ingleses unidos para detener a Mosley".

Tantos años después el partido laborista del radical Corbyn se ha visto salpicado por los escándalos de brutales expresiones antisemitas. Livingston, ex alcalde laborista de Londres, ha dicho que odiar a los judíos de Israel no es antisemitismo y que Hitler estaba a favor del sionismo, siendo su proyecto en 1932 "mover" a los judíos a Israel "hasta que se volvió loco". Olvida el programa nazi de 1920 o lo escrito en Mi lucha en 1925. La diputada laborista Naz Shah ha escrito que la "solución" (eco siniestro de la Solución Final) al "problema" que representa Israel sería "transportar" a todos los israelíes a Estados Unidos. Ambos han sido suspendidos. Pero lo grave es que, como escribe John Carlin, "no se trata de un problema aislado" y se han multiplicado "las barbaridades antisemitas que han salido de las bocas de gente que ocupa puestos políticos dentro del laborismo". Es justo añadir que el nuevo alcalde de Londres, el laborista musulmán Sadiq Khan, se ha distanciado de estas barbaridades.

Y de Inglaterra vengamos a la España de Podemos. Corbyn es admirador de Hugo Chávez. ¿Les suena? Livingstone "ha recibido miles de euros por sus apariciones en la televisión estatal de Irán". ¿Les suena? Pues que les suene esto también: 13 ayuntamientos podemitas, con el apoyo de IU y a veces del PSOE y el PSC, están siguiendo las directrices del BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones), una organización internacional de antijudaísmo disfrazado de antisionismo, ilegalizada en algunos países europeos, que alienta el boicot económico, político y cultural contra Israel, incluidos los grandes escritores pacifistas Oz, David Grossman y A. B. Yehoshua, de los que dice que "su trabajo, en la medida en que intenta mostrar que en Israel hay libertad de expresión, es peor que cien escuadrones de tanques: son colaboradores de la ocupación". Hay que ser bestias. Nadie diga que fue engañado el 26-J. Se les ve la patita.