DESPERTARES horribles, sin nada que ver con el despertar que sucede a la pesadilla. Cuando la angustia de toda pesadilla está a punto de acabar con uno llega el despertar y muerto el perro se acaba la rabia. Es el despertar la liberación tras un sueño en que el subconsciente te juega una muy mala pasada. Pero no se trata de liberación, sino del agravamiento de todo no más se tiene la conciencia de que el día ha llegado y que la vida continúa. Pero qué día más tenebroso y lo que se acentúa en cuanto uno conecta la radio o abre el periódico. Noticias todas para bajarse en la primera parada de un trayecto que va complicándose por mucho que el drama se quiera maquillar con el eufemismo de la desaceleración. Los precios se desbocan, los sueldos se encogen, las hipotecas se van por las nubes, ya no se busca a Madeleine y Lepe ya no sólo da fresas y chistes, también terroristas islámicos. Vaya con el despertar...