La pandemia ha puesto irremisiblemente de moda el lenguaje bélico. Estamos en guerra contra un enemigo invisible y demoledor. Los que están en primera línea de frente y tienen como misión para la agresión lo están pagando. En los hospitales de Sevilla, sobre todo en los dos principales, se cuentan ya por muchas decenas, por centenares más bien, los sanitarios que han quedado contagiados. Luchando con medios precarios y con equipos de protección insuficiente, están dando un ejemplo de profesionalidad y solidaridad que la sociedad tendrá que tener muy en cuenta. En la imagen, un ingreso esta semana en el Macarena.
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