Tribuna Económica

Joaquín / aurioles

La recuperación y las leyes de la gravedad

COMIENZA a descomponerse la excepcional conjunción astral (estímulos monetarios, tipos de interés y prima de riesgo, cambio euro/dólar, precio del petróleo) que ha permitido a la economía española erigirse en modelo económico de referencia. Sólo Luxemburgo e Irlanda crecen más que España dentro de la Eurozona, aunque según BBVA Research algunos de los vientos de cola que tanto han contribuido al despegue podrían comenzar a soplar en sentido contrario. Entre ellos destacan las incertidumbres en el entorno geopolítico y en el escenario económico internacional, especialmente por el titubeo de la Reserva Federal (Fed) con respecto a la subida de tipos de interés y las dudas sobre la economía china y el resto de los emergentes.

Para los analistas de la entidad financiera la previsión para este año se mantiene cercana a la del Gobierno (3,2%, frente al 3,3% del Gobierno), pero discrepa para el que viene (2,7% frente al 3% del Ejecutivo), a pesar de que el escenario en el que éste último basa sus cálculos puede ser calificado como prudente. Se espera la ralentización en el crecimiento del consumo, el gasto público y el empleo, aunque el pronóstico sigue siendo positivo y mantiene a España como el país que más crecerá entre los grandes de la Eurozona en 2016. Sin embargo, el ejercicio de revisión de BBVA extiende una cierta inquietud sobre la robustez de la recuperación.

Entre los críticos con el exceso de optimismo gubernamental abundan las advertencias sobre el retorno al modelo productivo anterior que, en mi opinión, carecen de fundamento, pero en cambio se acumulan denuncias más justificadas sobre la tibieza de alguna de las reformas fundamentales. A ello cabe atribuir el elevado precio de la energía, la burocracia y la ineficiencia de las instituciones o la presión fiscal asfixiante sobre familias y pymes. Tomemos como ejemplo la denominada "cuña fiscal" (la diferencia entre lo que un trabajador cuesta a una empresa y el salario neto que percibe). El 40,4% del coste laboral para las empresas se lo llevan Hacienda y la Seguridad Social. En Europa, sólo en Finlandia y Suecia el porcentaje es mayor, pero con una diferencia sustancial. El salario neto medio que recibe un trabajador finlandés es un 47,7% mayor que un trabajador español y el del sueco un 67%.

Una explicación alternativa a la posible desaceleración del crecimiento puede encontrarse en las leyes de la física, en concreto de la gravedad, y en el funcionamiento de los ciclos económicos. La caída de la economía durante la crisis fue tan intensa que los primeros impulsos de recuperación pueden ser fácilmente explosivos (cada vez mayores). La enorme capacidad productiva infrautilizada explica que el retorno de la actividad venga acompañado de mejoras de eficiencia derivadas de las ganancias de escala, es decir, de tamaño. Cuando se han recolocado los recursos más eficientes aparecen los rendimientos decrecientes y el crecimiento se frena. La principal debilidad de esta hipótesis es aceptar que la economía española haya entrado en su fase de rendimientos decrecientes cuando la cifra de desempleados todavía supera los cinco millones.

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