Tribuna Económica

gumersindo / Ruiz

El riesgo de la deuda

PODRÍA haber titulado este artículo La trampa de la deuda, pero ya lo utilicé hace tiempo para señalar el descontrol de la deuda pública, que está próxima a situarse en un millón de millones de euros y representar el 100% de todo el producto bruto de la economía en un año. Y ya no se puede echar la culpa al pasado, pues está creciendo, la deuda, 1,5 veces más rápido que con el anterior gobierno; ni puede decirse que España tenía un gasto público elevado (era, y sigue siendo bastante inferior a la media de la Unión Europea), por más que se necesitara acabar con los despilfarros y dar sentido productivo al gasto. Esto va a peor, pues dedicamos 36.000 millones a pagar intereses de la deuda (aunque el tipo sea bajo, la deuda es cada vez más grande), y casi 30.000 a parados; así pues, gastamos 66.000 millones sin productividad alguna.

Pese a los recortes, al haber dejado caer el producto de la economía con una política errónea, el gasto sobre el producto aumenta y los impuestos se desploman en una situación de elevado paro y debilidad de la pequeña y mediana empresa. Esto ha quedado claramente expuesto y documentado por Javier Cuartas en Los mitos de la deuda pública española, cuya consulta recomiendo. Habría que añadir el fuerte impacto de la presión fiscal, que se ceba directamente a través de los impuestos y las tasas en los relativamente pocos contribuyentes que van quedando; e indirectamente, a través del IVA, en toda la población.

Pero lo más llamativo de la deuda, y lo más peligroso por la falsa idea de confianza que transmite, es la baja rentabilidad de la misma, con el interés de la deuda española a diez años alrededor del 4,5%. Si lo vemos por la valoración objetiva del riesgo, las agencias internacionales Moody's y Standard&Poor's (S&P) hace dos años, por estas fechas, daban a nuestra deuda una elevadísima calidad crediticia de AA sobre el máximo de AAA; en sólo un año, y ante la desconfianza de las políticas que se llevaban a cabo, que apuntaban claramente a meter el país en una recesión, la bajan nueve escalones hasta el BBB- actual (S&P), que es una deuda con cierto riesgo. La primera conclusión es, pues, que el riesgo objetivo de nuestra deuda pública exigiría un tipo de interés superior que podría estar al menos en un 7% a diez años.

Tres ideas adicionales sobre el riesgo; una, que resulta meridianamente claro que sólo por la intervención del Banco Central Europeo (BCE) y estar nominada en euros, se aguanta nuestra deuda. Otra, que el Ministerio de Economía, a través del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, acaba de declarar que el tipo de interés de la deuda española a diez años (4,5% actualmente) es la referencia de deuda libre de riesgo para cálculos financieros empresariales. Y la tercera se refiere a Andalucía, pues según S&P tenemos la misma calidad crediticia que el Estado español, con lo que oficialmente se homologaría nuestra deuda con aquélla. Sin embargo, permanentemente, nuestra deuda tiene que pagar un interés más alto que la del Estado (casi 2% más en cinco años), y que otras comunidades autónomas como Madrid e incluso Valencia, aunque menos que Cataluña.

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