Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

¿Se sabe ya cuál es el techo de este Sevilla?

La sexta Liga Europa ha de esperar, pero ¿y si este año cae el gordo en la vitrina de Nervión?

Quedará grabada en los anales sevillistas la fecha del miércoles, 7 de diciembre de 2016. Ese día pudo ser el de otro punto de inflexión hacia la excelencia, el de superar un peldaño más en esa escalada que el club de Nervión lleva hacia la gloria. Se le había quedado, a fuer de ganarla, chica la Liga Europa y aparece un reto mayor. Por lo pronto, ya en octavos de Champions, está de pleno derecho entre los dieciséis mejores del Continente.

Pasito a pasito se hace el camino y el Sevilla entra en el exclusivo club de Champions con un currículo insuperable a través de cinco títulos europeos. Y lo ha hecho mediante una fase de grupos modélica que sólo registró un punto negro, el de la derrota en casa ante la Juventus. Lo demás, para que lo copie el que pueda, con especial brillo en los empates de Turín y de Lyon, dos plazas de primera en las que el Sevilla supo llegar al éxito por los caminos preestablecidos por Sampaoli.

A Lyon fue el Sevilla de la misma forma que afrontó la cita de Turín hace casi tres meses. El mismo dibujo en la pizarra y no perder entre ceja y ceja, pero así como en Italia no tuvo opciones de ganar, en Francia sí. Y las tuvo en las botas de Vitolo, pero no fructificaron por la madera primero y por la ceguera de Eriksson después. Y a partir de ahí, una sobredosis de sufrimiento con la convicción de que también saber sufrir es una cualidad en el fútbol Clase A.

Quizá lo único negativo de todo sea saber que el Sevilla no podrá pasear una Liga Europa más, pero ¿y si el premio es definitivamente el gordo? Soñar no cuesta nada, es de las pocas cosas que aún salen gratis, ergo sueñe el sevillista. Por lo pronto, el bombo que acoge la bolita propia es el de más fuste, el del mayor torneo interclubes que creó el fútbol en todo el universo. Y este Sevilla del que dicen que nunca se rinde tiene la virtud de que esconde su techo hasta hacerlo inimaginable.

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