La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La más sevillana

La de hoy es, junto a las de Reyes, el Domingo de Ramos y el Viernes Santo, la mañana más sevillana del año

La Virgen de los Reyes es lo más sevillano de Sevilla. Y la de hoy, junto a las de Reyes -que amanece en fin de Navidades y atardece en presentimiento de íntima Cuaresma-, el Domingo de Ramos y el Viernes Santo, es la mañana más sevillana del año. Qué sea eso a lo que llamo sevillano no responde a un gusto, unas creencias o unos recuerdos personales, sino a la obra de la historia a lo largo de los siglos. Responde no solo a lo que durante tantas generaciones se ha vivido, edificado, pintado, esculpido o escrito en Sevilla, conformándola tal y como es en su realidad y sus sueños, en sus aspiraciones y sus caídas, sino sobre todo a lo que de todo ese legado permanece vivo, en uso, con capacidad para sustentar, ordenar, marcar un rumbo y dar sentido a las vidas de quienes hoy habitan la ciudad. En la medida en que el presente de una ciudad está ligado vital y emocionalmente a su pasado, y este no es solo algo recluido en los libros de historia y en los museos o exhibido ante los turistas, esa ciudad vive.

Vivir ensimismado en el pasado añorando perdidas grandezas es una forma de muerte para las ciudades. Razón tenían Leopoldo Alas al describir su Vetusta y Joaquín Costa con su "despensa, escuela y siete llaves al sepulcro del Cid". Porque a veces la memoria de polvorientas grandezas, la historia como patrioterismo o localismo y la nostalgia provinciana son la losa de un sepulcro que aplasta el presente. Pero vivir arrojado a un presente sin memoria ni referentes, en una ciudad reducida a espacios indiferentes (no lugares, les llaman) de producción y consumo, es otra forma de muerte. Y esto es esencial para la supervivencia de las ciudades europeas. Piénsese en lo que, tanto en paisajes urbanos como naturales, se ha destruido en España desde los años 60. La memoria dando sentido al presente, el conocimiento de la historia como apertura a un futuro no arrasador, la habitación de la ciudad sin indiferencia hacia su pasado, hacia lo que a lo largo del tiempo la ha ido definiendo otorgándole una determinada personalidad que la hace única, son cuestiones que tienen que ver con el progreso inteligente y la humanización de los espacios.

Es en este sentido en el que afirmo que la Virgen de los Reyes -presente entre nosotros desde 1248- es lo más sevillano de Sevilla y que esta mañana de hondos silencios y breve procesión es una de las más sevillanas del año.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios