El silencio sobre Twitter

Lo que se ha encontrado en Twitter, y no se divulga, es la censura de los perfiles tildados de conservadores

Un sutil lector me hace reparar en algo que muchos de ustedes ya habrán anotado por su propia cuenta: el espeso silencio que ha caído sobre la gestión de Elon Musk en su recién adquirida red social, la popularísima Twitter. Y es que resulta esencial que el gran público ignore el resultado de la limpieza de sentinas realizada por Musk, así como el de las pesquisas sobre la cacareada neutralidad de la empresa. Lo que va emergiendo, y provoca natural incomodidad en el tinglado mediático, es el papel de sus altos ejecutivos y empleados en la creación de una inmensa red de intereses tendentes a favorecer a los políticos y las ideas "progresistas". Una alianza de alto voltaje entre la izquierda y el más descarnado capitalismo, en especial el representado por las grandes corporaciones, que ha hecho posible, tras el hundimiento del bloque soviético, el reflotamiento de un mundo que parecía condenado al desván de la historia.

Lo que se ha encontrado en Twitter, y se procura no divulgar, es una sistemática censura de los contenidos y de los perfiles tildados de conservadores, para lo que se utilizaban listas negras, se maniobraba para evitar que ciertos tuits se convirtieran en tendencia y se limitaba la visibilidad de usuarios incómodos que pudieran convertirse en relevantes. Todo un ejercicio de manipulación sistemática que llegó al paroxismo con motivo de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, pero que no ha dudado en intervenir en otros procesos políticos y electorales, como recientemente en Brasil.

Todo esto podría haber sido legítimo si los anteriores dirigentes lo hubieran aceptado como parte de su forma de gobernar la red social, pero deja de serlo cuando se alardea de neutralidad a través de declaraciones tan solemnes como falsas. Por ejemplo, Vijaya Gadde, consejera general y directora legal, política y de confianza de Twitter, que ese es el largo título que ocultaba a la máxima responsable de la censura en la red social, decía en 2018, por supuesto a través de un tuit: "Twitter existe para servir al diálogo público, lo que permite que se produzcan debates importantes en todo el mundo. Favorecer una ideología o creencia específica va en contra de todo lo que defendemos". Esta señora fue despedida el mismo día en que Musk accedió a la propiedad, lo que generó un fuerte escándalo. Ahora se comprende que el escándalo es que se mantuviera en ese cargo a lo largo de los años.

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