ARRANCÓ ayer, el rito anual que tiene como escenario el maridaje del río que se hace mar arrancó ayer, festividad de Nuestra Señora de los Ángeles. Y más que rito es visión onírica con los caballos queriendo llegar antes que los demás a Las Piletas. Carreras de caballos desde Bajo de Guía hasta donde el Betis ya es mar océana para un ritual que se repite cada agosto en la inigualable Sanlúcar de Barrameda. Nada que ver esto con Zarzuela, Lasarte o Biarritz, todo muy diferente, como una pintura que tiene de fondo las arenas del Coto más el verde de sus pinares. Tiene mucho de ensoñación, sobre todo cuando en las últimas carreras el Sol ha dicho ya estoy yo en mi casa, pero sin prisas, como sin querer perderse quién llegó primero a la meta. Quien no ha visto las carreras de Sanlúcar no sabe bien lo que se ha perdido, pero está a tiempo, que duran hasta mañana; y en quince días, más.