A contraluz

Joaquín / Rodríguez / Mateos

El taxi-mambo

MUCHO se ha venido escribiendo últimamente acerca de la paulatina pérdida de sentido de la Semana Santa, y de las formas y actitudes relacionadas con ella. Eso por lo menos, cuando no de la pérdida de papeles en muchas de sus maneras y manifestaciones, de la mano de tanta afición caprichosa con los papeles perdidos. Pero el otro día, al pasar por el escaparate de un comercio cofrade de los que ahora se llevan, y tras el shock inicial, comprendí que esto, desgraciadamente, es un movimiento imparable, que amenaza con desvirtuar la esencia de este fenómeno para ser reducido a un juego caprichoso y amanerado. Las perlas: pequeñas tallas de Niño Jesús recreando las escenografías de los pasos de misterio en sustitución de las imágenes, a medio camino entre putti renacentistas y una Jerusalén-Liliput; o la imagen de una Virgen a medio vestir, que hacía las veces de maniquí para el trabajo o el aprendizaje en directo de un vestidor cara al público -¿les suena a algo conocido?-. Y todo ello en medio de un guisado de tallas y figuras, pequeñas y grandes, de los más diversos pelajes, y del despiece orfebre de insignias y de pasos de Virgen, incluyendo elementos heráldicos de algunas hermandades, por poner algunos ejemplos.

Cuando las imágenes y los símbolos de la Semana Santa acaban reducidos puramente a un juego antojadizo es inevitable su vaciamiento de significados y su progresiva pérdida de referentes. Su final es terminar convertidos en un mero regodeo de diletantes de una renovada y afectada estética kitsch, cuando no en simple atrezo del espectáculo en que se está convirtiendo todo esto, que es lo que está pasando de manera creciente. ¡Y luego se escandalizarán cuando se utilice la Semana Santa como escenario o argumento banal de novelas de intriga o de películas de acción! ¿Pero qué mas thriller que éste que se está viviendo en torno a las cosas de las cofradías? Y den gracias a que Almodóvar no ha recalado aún por estos pagos, porque aquí tiene un filón. Y es que cosas como lo de la tienda de marras no están tan lejos del taxi-mambo. ¿Recuerdan?

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