Si los resultados de las primarias del Partido Popular del pasado jueves y los que previsiblemente arrojará el congreso de dentro de dos semanas nos los acercamos a Sevilla, donde el partido lleva demasiado tiempo bloqueado por luchas internas, no es muy difícil señalar vencedores y vencidos. El triunfador claro es Javier Arenas, que ha demostrado que sigue teniendo una enorme capacidad para movilizar al partido y una influencia real sobre sus cuadros y su militancia. El perdedor indiscutible es Juan Ignacio Zoido, que en su pulso contra Arenas, que fue su mentor en la vida política, se alineó con Dolores de Cospedal , derrotada por goleada, y ligó su suerte a la de la secretaria general. Ello lo llevó al Ministerio del Interior en el último Gobierno de Rajoy y a ser parte activa de la estrategia de la secretaria general contra la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que ha tenido en Andalucía uno de sus escenarios más destacados y que en Sevilla ha provocado tensiones que han mermado seriamente las posibilidades del partido.
Los resultados consolidan la situación del candidato a la Alcaldía Beltrán Pérez, que ha sido víctima hasta prácticamente ayer de maniobras -algunas subterráneas, otras más visibles- para debilitarlo. Si Cospedal hubiera ganado las primarias hubiera tenido muy difícil mantenerse en el puesto a pesar de que ya prácticamente estamos en campaña para las municipales de la primavera de 2019. A partir de ahora, despejado hasta cierto punto el horizonte interno, Beltrán debe dedicarse a presentar propuestas para la ciudad. No le queda mucho tiempo y el socialista Juan Espadas le lleva una ventaja que le va ser muy difícil remontar. Demasiado tiempo han perdido ya en el PP.
A partir de lo que pase en el congreso del PP del 20 y el 21 de este mes y con la crisis de liderazgo provocada por la salida de Rajoy resuelta, o por lo menos encauzada, se abre una nueva etapa en el PP que seguramente va a tener poco que ver con la que concluyó con la moción de censura de Pedro Sánchez. El partido va a tener que reinventarse.
En Andalucía, también en Sevilla, convendrá estar muy atentos a los próximos movimientos de Arenas -el político más hábil en décadas de la derecha andaluza aunque nunca lograra llegar a San Telmo- y sobre todo dónde coloca a su gente. Las elecciones andaluzas están muy cerca, posiblemente se celebren dentro de este año, y sus resultados van a ser determinantes para el futuro del partido en la región y de Juanma Moreno, que no lo tiene nada fácil. Arenas, aun en el improbable caso de que el congreso no haga presidenta a Soraya y le dé el poder a Pablo Casado, va salir reforzado. Y jugará sus cartas. No lo duden.
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