SORPRENDENTEMENTE, en vez de animarla a esclarecer para siempre el pestilente asunto de los ERE falsos, estos autodenominados adalides del progreso y de la democracia insultan a la juez. En vez de aplaudirle el afán por llegar a conseguir la sociedad que preconizaba Pablo Iglesias en el inicio de aquellos cien años de honradez que se fueron por los sumideros de la vida, estos sindicalistas con vocación indudable de piqueteros arremetían contra la juez. Y como no encontraban el insulto adecuado, pues se aferraron a uno que tampoco lo es, pues si algo no es Mercedes Alaya es fea; o sea que tampoco acertaban los tipos con el dardo verbal idóneo. No sé hasta cuándo va a aguantar esta sociedad tanta desfachatez, a tanto demócrata de boquilla ni a tanto estabulado ventajista que en vez de animar a que la mierda desaparezca insulta a la que intenta limpiarla.