Desde mi córner

Luis Carlos Peris

La visita al dentista alteró los pronósticos

ACUDIÓ el Sevilla a la consulta del dentista y a fe que no sólo salió por su pie sino que ha dejado su pabellón tan alto que hasta puede formarse un tsunami en las apuestas para el 22-M, 22 de mayo en todos los calendarios. Modélico planteamiento de Unai y extraordinaria interpretación en la práctica de once guerreros comprometidos con la causa y que sólo fueron doblegados por la excelsa calidad individual de sus rivales.

Si consideramos lo del domingo noche en el gran coliseo de la Riera Blanca como un ensayo general con todo, hay que convenir en que resultó esperanzador. Ha dicho Luis Enrique que el Sevilla ha sido el mejor equipo de cuantos pasaron por el Camp Nou en el curso presente. Debe ser así, pues que su clientela ande mirando el reloj con preocupación es algo que no suele darse allí y el domingo podía palparse en el ambiente que la gent blaugrana no las tenía todas consigo.

Metiendo un miedo cerval la rapidez de Gameiro unida a la potencia para desdoblarse de un Vitolo que lo mismo tapaba a Neymar que batía a Bravo, me quedo con la generosidad y el compromiso de todo el equipo. Tras la disertación coral del Atleti el sábado con merecida ración de elogios a Simeone, lo justo es que a Unai le caiga un chaparrón parecido. Porque hay que ver cómo ha aglutinado un bloque que brilla lo mismo por el físico que por una psique enardecida.

Me pueden objetar esos adalides de la exigencia que muy bien todo, pero que todos los puntos se quedaron junto a la Diagonal. Y tienen razón, pero no podrá discutirme nadie que si para el 23-M no cabía otra apuesta que la de jugar a MSN, desde antier noche los sentimientos han cambiado. Tanto de simple partido de Liga como de ensayo general para la final copera lo que deja este Barça-Sevilla son sendos chorreones de esperanza blanca y de cierta preocupación azulgrana.

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