Es devastador ver cada vez más imágenes, noticias y sucesos relacionados con las consecuencias que está teniendo el cambio climático en nuestro planeta. Sin embargo, ver que la gente joven está tan implicada en este tema también es esperanzador.

Me conmovió escuchar a un chico que, en un vídeo de los muchos que circulan por las redes, planteaba una idea muy interesante: defendía que el término “emergencia climática” era mucho más conciso y certero a la hora de definir lo que está ocurriendo en estos momentos en el mundo. Me encantó que mostrara esa necesidad y urgencia de actuación para la que vivimos ahora, ya que lo que está ocurriendo no es un simple cambio, sino que estamos en una situación crítica. Es necesario concienciar a los jóvenes y, sobre todo, a los adultos de lo que está pasando.

Este planeta es el único que tenemos. Tenemos que enseñar a nuestros iguales a actuar de manera que no sólo se evite dañar más la naturaleza, sino que la mejore. Algunas de las soluciones pueden ser el control de las emisiones de desechos de todo tipo (tóxicos de las fábricas, aire contaminado de los coches y aparatos), establecer límites en la utilización de plásticos de un solo uso y en el consumo de carnes y, por supuesto, enriquecer la población de plantas que son las que, al fin y al cabo, pueden arreglar aquello que nos hemos empeñado en destruir.