La tribuna
¿España fallida?
TRIBUNA
La adaptación de las ciudades a los impactos del cambio climático es una de las prioridades a las que se enfrentan las sociedades del siglo XXI. La transición hacia modelos urbanísticos más sostenibles es una necesidad que condiciona el bienestar social, económico y ambiental de la población, en el presente y en el futuro, y su implantación es ya un hecho imparable en la geografía mundial.
Los barrios son las unidades funcionales y organizativas esenciales de nuestras ciudades y deben ser los referentes para el avance hacia una un entorno más humanizado, saludable y equilibrado con el uso de los recursos, bienes y servicios urbanos.
En los últimos años Sevilla ha iniciado dos proyectos que se alinean en parte con esos objetivos: la avenida del Greco, en el barrio del Polígono de San Pablo, y CartujaQanat en la Isla de la Cartuja. Estas experiencias profundizan en la reordenación urbanística y la bioclimatización de los espacios públicos, a los que añadir la reciente remodelación de la avenida de la Cruz Roja para crear un espacio con apreciables mejoras en sostenibilidad.
Pero nuestra ciudad necesita por sus características climáticas y socioambientales intervenciones urbanísticas más extensas e intensas que mejoren la calidad de vida y el confort de sus habitantes en los años venideros. Hay que poner en práctica todo el know-how existente en nuestras instituciones, empresas y sociedad civil y aplicarlo decididamente en nuestro entorno, en nuestros barrios.
La presentación del nuevo proyecto de Distrito Urbano Portuario (DUP) por la Autoridad Portuaria de Sevilla junto con el rescate de la propuesta Reina Mercedes Bulevar, formulada hace unos años por profesores de la ETSA (Escuela Técnica Superior de Arqitectura) de Sevilla en colaboración con la Red Sevilla por el Clima y otras asociaciones de los barrios colindantes, pueden materializarse de forma conjunta en la creación del primer ecobarrio/ecodistrito de Sevilla.
La creación de zonas arboladas, peatonales y corredores verdes, junto a la apertura de accesos de los muelles portuarios hacia la ciudad, en ese espacio de 40 hectáreas constituye, a nuestro entender, el aspecto más sostenible de un proyecto cuya faceta más controvertida se encuentra en la inclusión de usos residenciales y hoteleros, comerciales y macroaparcamientos, que pueden afectar negativamente a la movilidad y congestión urbana de la zona, como recientemente han manifestado varias asociaciones vecinales del entorno.
Además, la oportunidad que ofrecen las cubiertas del conjunto de almacenes, naves y tinglados existentes (308.219 m2 de techo para nuevas actividades económicas en la zona portuaria y 184.782 m2 de espacios libres y zonas verdes), podrían dar lugar a la instalación en ellas de paneles solares fotovoltaicos que no sólo cubrirían por autoconsumo la demanda energética renovable del nuevo distrito, sino que sus excedentes podrían suministrarse de forma gratuita como medida compensatoria a los residentes de los barrios de Reina Mercedes y Heliópolis, dando lugar a la posibilidad de crear una comunidad energética como prevén los programas impulsados por el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico y la Agencia Andaluza de la Energía.
Por otro lado, la peatonalización de la avenida Reina Mercedes, eje central del barrio y el campus universitario tecnológico, transformándola en una calle ampliamente arbolada con espacios de ocio y servicios públicos, con un nuevo diseño de movilidad y acceso para los residentes y el transporte, favorecería enormemente las condiciones ambientales de la zona, con el añadido de beneficiar a los comercios y negocios de la zona.
De forma complementaria la existencia de un Campus Universitario compacto, de tamaño medio y carácter científico-tecnológico, que alberga diez centros de la Universidad de Sevilla y otros Centros de Investigación, cuyas disciplinas se relacionan en muchos casos con los objetivos de sostenibilidad del proyecto, permitirían su conversión en un ecocampus (como ya existen en muchos lugares) utilizando las propias cubiertas de los edificios para instalaciones fotovoltaicas y gestionando de modo eficiente energía, agua, residuos, movilidad y zonas verdes.
En definitiva, una zona espacialmente segregada de los principales núcleos conflictivos urbanos, que permite su transformación en un modelo más habitable y saludable para sus residentes y usuarios.
Y un ecobarrio, Reina Mercedes, Heliópolis y Distrito Urbano Portuario junto a un ecocampus universitario, puede crear el primer ecodistrito de Sevilla, referente para futuras transformaciones urbanas en otros lugares de la ciudad que deberán producirse más pronto que tarde.
Recuerden, la Comisión Europea ya ha designado la lista ciudades de la Unión Europea que participarán en la misión Cien ciudades inteligentes y climáticamente neutras de aquí a 2030, entre las que figuran Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vitoria-Gasteiz y Zaragoza.
El reto está sobre la mesa y sólo con actuaciones de esta índole podremos aproximarnos a esos objetivos tan cercanos y vitales para nuestra ciudad.
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