El alcalde de Camas, Rafael Recio (PSOE), ha anunciado que volverá a pedir a la Junta que se elabore un estudio geotécnico, más exhaustivo que los que se han hecho hasta ahora y actualizado, de los problemas que presentan las zonas de cornisa en el Aljarafe. Cree que es necesario después de que varias investigaciones encargadas por la comunidad de vecinos de la urbanización Sport Aljarafe y el Ayuntamiento de Tomares hayan revelado que hay un riesgo "real" e "inminente" de deslizamiento de esa ladera junto al Manchón, que obligará a hacer una costosa intervención para garantizar la seguridad. También ha puesto de manifiesto que el origen del movimiento es más profundo de lo que se creía y se ha agravado por el agua.

Aunque estos problemas no tienen por qué reproducirse en otras laderas, Camas tiene también varias zonas de cornisa urbanizadas desde hace décadas y en las que algunas construcciones han tenido que ser desalojadas por los problemas en la estructura a causa de movimiento del terreno. Ha sido el caso de varios bloques en el Jardín de la Atalaya, donde los vecinos han tenido que costear los refuerzos. También está pendiente que se reparen daños en el cercano colegio La Colina, de Camas. La actuación prevista en ese sentido sólo se ha ejecutado en parte, porque los técnicos han determinado que hace falta más presupuesto.

Varios bloques han tenido que reforzar su estructuras por el movimiento del terreno

Recio asegura que, tras los desalojos en el Jardín de la Atalaya de 2014, ya solicitó que se hicieran esos estudios. Ahora va a "reiterar" la petición a la Junta. Al otro lado de Tomares, el Ayuntamiento de San Juan asegura que no tiene constancia de problemas.

Una de las referencias sobre la situación de la cornisa del Aljarafe son los estudios que encargó la empresa de la Junta Egmasa para el plan de recuperación ambiental del escarpe que se inició la pasada década, centrado en la reforestación de suelos no urbanizados. El documento incluía un análisis de riesgos geomorfológicos de la cornisa oriental: de Palomares a Castilleja de Guzmán. Entre los riesgos naturales se citaban la "inestabilidad de las laderas" y se advertía de los problemas en la zona central (parte de Gelves, San Juan, Tomares y Castilleja de la Cuesta). Los socavones son conocidos en estas zona. El proceso -dado que se trata de sectores en los que siempre ha habido presencia humana- se agrava porque muchas de estas laderas están rellenas con materiales de obras y carecen de "medidas correctoras". También por el comportamiento del agua -son frecuentes fuentes y pozos- y la composición del suelo.