Manuel Lay (48 años, nacido en La Luisiana, abogado, afiliado a IU en la etapa de Concha Caballero) se enorgullece de ser conciliador, heredero, de alguna forma, de Manuel Benítez Rufo, el respetado primer alcalde nazareno. No se lleva mal con casi nadie y cuida los gestos. Tras su elección como coordinador provincial de IU, visitó Arahal, donde es alcalde Miguel Ángel Márquez, el otro aspirante. Tal vez por eso y porque tiene más tiempo para recorrer la provincia y encarar la convergencia, sumó más apoyos de los previstos (71 frente a 37) en el consejo provincial que lo eligió, el día 24. Ha sido coordinador y edil en Dos Hermanas y ocupó durante unos meses un cargo en la Agencia de la Vivienda de la Junta. La entrevista tiene lugar el día después de las elecciones catalanas.

-Lo primero que iba a preguntarle era si será el coordinador provincial de la disolución de IU en listas de convergencia, pero no sé si los malos resultados de Sí que es Pot en Cataluña cambiarán los planes para las elecciones generales.

-Las elecciones catalanas no deberían dificultar nada, han tenido una clave distinta. Intentaré aportar lo que pueda a esa convergencia a nivel provincial y andaluz.

-¿Qué diferencias hay entre el proyecto que usted representa para IU y el del otro candidato?

-A nivel personal somos parecidos. A Miguel Ángel Márquez se le vinculó a la ejecutiva del partido en la provincia, y se le apoyó también por sus resultados espectaculares, con 12 concejales de 17, en Arahal, que se consideran un aval. Pero, por cómo fue la votación, lo cierto es que soy el resultado de lo que es la pluralidad de IU en Sevilla. En diferentes porcentajes, he recibido votos de todos los grupos, de quienes me propusieron y de otros, de muchos independientes y miembros del PC, mi partido.

-Valore las circunstancias que le han llevado a ser coordinador de IU tras la renuncia antes de lo previsto de Manuel Gutiérrez Arregui: la polémica designación de diputados provinciales sin el apoyo de sus comarcas.

-Arregui fue el coordinador de la confluencia interna de IU y llevaba seis años. Le llamé para decirle que no debería dimitir por un asunto menor. Pero me explicó que estaba físicamente agotado y, en ese sentido, su renuncia me pareció digna. El problema que la desencadenó puede darse en cualquier organización política y en una asociación de vecinos.

-¿Cómo lo hubiera resuelto usted? No se entiende que el consejo provincial nombre a un diputado sin el respaldo de los ediles de la zona, a los que representa.

-Hay una falta de encaje entre la ley electoral y las normas de la organización. Legalmente es la comarca la que tiene que decidir su representante en la Diputación, pero los estatutos de IU no establecen eso. Hay que resolverlo cuando vuelvan a elaborarse.

-¿Cuál es su relación con Antonio Maíllo tras el desencuentro por la candidatura para las municipales en Dos Hermanas y el fracaso de la confluencia en Ganemos?

-Ahora empezaré a tener unas relaciones distintas. Hasta ahora eran las propias de una asamblea local y su máximo representante a nivel andaluz. Personalmente, siempre han sido buenas. El desencuentro se produjo en Dos Hermanas, no tanto con la dirección andaluza que intentó una solución. Esta tarde (por el lunes) vamos a hablar tranquilamente para ponerme al día de cómo funciona la organización andaluza.

-¿Lo harán también sobre el proceso de convergencia para las generales? ¿Cómo lo ve usted, cómo hay que hacerlo para que la ciudadanía no entienda que se entregan a Podemos?

-Sin conocer las tripas, coincido con el análisis que se hace a nivel federal, es imprescindible que haya una candidatura de unidad popular si queremos acabar con el bipartidismo. Lo importante es que exista, con independencia de la etiqueta. Soy mucho de Cortázar y en su Libro de Manuel hay una frase que utilizo mucho: "Un puente es una persona atravesando un puente". El modelo teórico de la confluencia es el puente, pero no sirve sin personas que lo atraviensen. O llenamos el concepto confluencia de personas o no se logrará la ruptura que pretendemos. En la provincia estamos participando en lo que hay, Ahora en Común. Creo que debe haber una única candidatura de todo lo que se mueve a la izquierda del PSOE, que no es poco y no sólo son partidos.

-¿No hay poco tiempo para que eso sea una candidatura firme y clara, con contenido?

-Hay poco tiempo legal, pero no vamos de nuevos. IU tiene un programa electoral. Las personas y colectivos que están participando en Ahora en común tienen sus propias iniciativas. Se trata de poner en común todo lo que nos une y ya se lleva tiempo trabajando.

-Formalmente, ¿cómo se está haciendo ese proceso en IU?

-Ya existía una secretaría de convergencia. La participación en Ahora en común es teóricamente individual y no estamos yendo en bloque. En las reuniones que he participado he coincidido con gente de muchos movimientos sociales, colectivos y foros y que están compartiendo sus ideas y sus experiencias. No se trata de un desembarco, sino de generosidad para que todos estemos a gusto.

-¿Conservará IU sus siglas e identidad o se planteará en algún momento desaparecer?

-Yo vincularía este proceso con el de los años 30: el Partido Comunista apostó por un frente popular, sin mirar las siglas y obtuvo bastantes diputados. No me preocupan tanto las siglas como el objetivo de transformación social, de cambiar el sistema. Tenemos nuestros militantes e ideas, que no van a desaparecer, el nombre y el logotipo son lo de menos. Aun así, no creo que IU vaya a desaparecer, seguirá existiendo, pero espero que como parte de un todo, de un proyecto mayor.

-¿Quedará eso claro a los votantes? En las municipales y los pueblos a lo mejor es más claro ¿pero no es más confuso o se diluye a otros niveles?

-Creo que se diluye más a nivel mediático que práctico. En Ahora Madrid y Barcelona en común hay concejales de IU e ICV, pero cuando se habla de esos gobiernos no se habla de IU.

-En la calle, se identifican con Podemos.

-Pero ellos trabajan para algo y el objetivo final es más importante.

-¿Qué análisis hace de los resultados de IU en las elecciones autonómicas?

-En julio de 2012 había una encuesta que nos daba un 19% de votos, más de lo que sacó después Podemos. Lo decisivo no fue participar en el Gobierno, sino la ilusión despertada por los partidos emergentes. Eso no quita que hagamos autocrítica, la que nos está llevando al proceso en el que estamos, asumir con naturalidad que se debe tener menos en cuenta el carácter orgánico de los partidos para hacer candidaturas más abiertas a las perspectivas sociales y a quién puede representarlas. El hecho de que Ada Colau estuviera en Barcelona y Carmena en Madrid marcó un antes y un después a la hora de percibir cómo se conforma una candidatura.

-¿Como ve la provincia, los resultados en las municipales y en la Diputación y el papel de esos grupos en la nueva tesitura?

-Esa es la parte que no se puede olvidar, tenemos la organización provincial más importante del Estado, con asambleas y grupos en casi todos los pueblos, alcaldes, cinco diputados y un representante en el Congreso y en el Parlamento andaluz. Hay que mantenerlo vivo, el municipalismo es lo más importante que tiene IU y los que tienen más relación con el pueblo. Es una de las patas fundamentales de la dirección provincial de IU. Una de las cosas importantes es recorrer la provincia. Mimar todo eso y que el trabajo que se hace en distintos ámbitos sea un engranaje bien engrasado es parte importante de mi labor, a la vez que acometer el proceso electoral que se nos viene encima. También será mi objetivo que tanto la dirección andaluza como la federal sepan qué piensan los militantes de la provincia de lo que está ocurriendo, porque surgen muchas noticias con respecto a la confluencia que confunden a nuestros militantes y que no podemos estar todo el día desmintiendo.