Los agentes de la Policía Local de Utrera anuncian que vuelven a movilizarse. El pasado 20 de enero decidieron suspender provisionalmente las medidas de presión contra el Ayuntamiento hasta que atendieran sus demandas. Unas reivindicaciones que, “tras años de demoras, aplazamientos e inacción política del Ayuntamiento, se ganaron la consideración de históricas”, explican en una carta abierta la ciudadanía del municipio sevillano. En ella cuentan que José María Villalobos, alcalde de la localidad, les hizo llegar que “no negociaría en tanto se mantuvieran las protestas”. Algo que entienden los agentes como “una estratagema para ganar tiempo y seguir eternizando nuestras reivindicaciones”, puesto que cesaron las protestas. Pero, ahora, se sienten engañados.

Las peticiones policiales parecen haber quedado sin respuesta. Por ello, vuelven a reclamar lo que consideran que les corresponde: servicios extraordinarios, retribución social y motos de 2020. Así como los complementos desde 2017 hasta nuestros días. También están a la espera de la Valoración de Puestos de Trabajo (VPT) que tendría que haber sido aprobada en abril de 2019. A ello le suman carencias materiales: “Seguimos teniendo que mendigar cada prenda del uniforme, que nos dan con cuentagotas e incumpliendo el convenio”. Otro aspecto conflictivo es la no compensación en dinero o descansos con respecto al resto de trabajadores municipales por motivo de la pandemia.

Por otro lado, alertan de una “merma de plantilla de 11 policías”. Algo que se podría traudicir en 2022 en un descenso de 62 policías a 45, lo que supone un déficit de casi un 30%. La nueva jefatura también es motivo de disputa entre los funcionarios y el Consistorio utrerano: “Tiene deficiencias de seguridad y salud además de no estar al 100% operativa”. Y añaden irónicamente en la carte que su ubicación, “tan lejos de todo y junto a las vías del tren, frente al cementerio, bajo un puente y sin perímetro de seguridad es inmejorable para un Cuerpo de Seguridad”. La lista de reclamaciones continúa con el Complemento Específico o con la Guardia Civil, de la que opina que “por más empeño que le ponen no siempre cuentan con unidades en la localidad”.

Los agentes utreranos aprovechan esta carta para recordar que en 2020, durante el estado de alarma, realizaron más horas que los trabajadores no esenciales del Ayuntamiento, a quienes por Decreto de Alcaldía del 16 de marzo enviaron a casa. “A los policías, en cambio, les cancelaron los permisos, se les intensificó el trabajo y si cogías el virus se descontaba dinero por estar de baja”. Todas estas situaciones, cuentan, continúan en 2021. Por ello, anuncian que vuelven a la carga tras “casi un año desde el margen que le concedimos al aplazar nuestras protestas, sin recibir respuesta y sin que se nos convoque a negociar, con la plantilla mermando en efectivos, unos por jubilación y otros, lo que se podría evitar, fichando por municipios con mejores condiciones económicas y laborales, un dispendio en selección, formación y uniformidad a cargo, como siempre, del sufrido contribuyente de Utrera”. Están dispuestos a “retomar las protestas, a redoblar esfuerzos de ser necesario, hasta no ser atendidos como creemos que nuestras demandas merecen”, finalizan.