Andalucía afronta una nueva etapa de sequía con una gran disparidad geográfica de sus recursos hídricos, que van desde la mayor disponibilidad de agua que presenta la provincia de Sevilla, con el 25,78% del total de región, a la Almería, que se sitúa en el polo opuesto con un 3,73%. Así, la comarca sevillana de La Vega, con 3,84 decámetros cúbicos (dam3) por hectárea al año, o Estepa, con 2,12, son los que mayor volumen de agua tienen por superficie frente a los municipios de la comarca Bajo Almanzora (Almería), con 0,16 dam3, de forma que la provincia Almería y zonas de Sevilla, Huelva, Granada y Málaga son las que presentan un mayor déficit hídrico en Andalucía.

Estas conclusiones se recogen en un informe del Círculo de Empresarios del Sur de España CESUR, en el que se hace un diagnóstico sobre las necesidades de agua en Andalucía por ámbito territorial a partir de la disponibilidad y consumo de agua y se reclama una red de infraestructuras viables para terminar con el déficit de agua que registran diversas comarcas. La comunidad autónoma presenta un consumo de 0,54 dam3 por hectárea al año frente a una disponibilidad de 0,74 dam3, lo que significa que "podría abastecer su consumo". Sin embargo, el informe señala que existen comarcas en las que la escasez es manifiesta, tales como Bajo Almanzora (Almería), Las Marismas (Sevilla) o Campo de Níjar y Bajo Andarax (Almería), mientras que en otras como Los Pedroches (Córdoba) o La Sierra (Huelva) la disponibilidad es muy superior al consumo.

La agricultura se impone al resto de actividades (industria, turismo, ganadería, residencial, consumo, ocio y demás) en la demanda de agua, con 3.679.515 dam3/año sobre el total consumido de 4.750.964 dam3/año. Asimismo, la cuenca del Guadalquivir es la que tiene mayor disponibilidad de agua (4.111.661 dam3/año), mientras que la que presenta menor es la del Segura (65.985 dam3/año), en tanto que las cuencas Mediterráneas son las que mayor relación de agua procedente de la reutilización y la desalación presentan.

Por provincias, Sevilla aglutina el mayor consumo, con el 30% de toda la región debido principalmente a la elevada cantidad de zonas agrícolas regables, y en el lado opuesto se sitúan las provincias de Cádiz y Huelva, que presentan el menor consumo de agua pero es donde hay más consumo industrial de recursos hídricos. Por todo ello, los empresarios de CESUR consideran necesario continuar con la modernización de los sistemas de riego que han disminuido el consumo de agua de forma sustancial en los últimos veinte años, y priorizar las infraestructuras hidráulicas que cuentan con un informe de viabilidad por parte de la Administración para las comarcas con déficit hídrico.

Entre ellas destacan el proyecto de redes complementarias para la mejora de los regadíos en Campo de Níjar y Bajo Andarax, la modernización de regadíos de la comunidad de usuarios de Sierra de Gádor, la conexión de depósitos del levante almeriense con la desaladora "Carboneras", las conducciones en la zona regable del embalse de Cuevas de Almanzora, la Desaladora de la Costa del Sol y la Desaladora en el Bajo Almanzora. Se incluyen también como prioridades la reparación del canal de la zona regable del Bembénzar, el proyecto de ampliación red arterial de distribución en la Campiña, la mejora del sistema de abastecimiento en Alta a los municipios del Consorcio Plan Écija y la rehabilitación de arterias para el abastecimiento de Córdoba. Además, entre estos proyectos están las obras de modernización de la zona regable del bajo Guadalquivir, de la zona regable del Genil y la mejora de infraestructuras e instalaciones de modernización de regadío y la Presa de Alcolea.

Respecto la reutilización de agua residual, se plantea en el informe la construcción de nuevas estaciones depuradoras EDAR con tratamiento terciario para la reutilización del agua, las que prevén ampliar el volumen de agua de reutilización así como las que incluyen la realización de conducciones para la canalización de agua con destino final al riego. Sobre la tarificación del agua, el informe defiende aplicar el principio de la recuperación de los costes de los servicios recogido en la Directiva Marco del Agua, y sostiene que una "armonización coherente de las tarifas, aplicadas sobre criterios objetivos, podría ser un instrumento eficiente para el sector de abastecimiento de aguas".