Los gestores de las vías verdes más dinámicas de Sevilla comparten las claves de su éxito

El Servicio de Medio Ambiente del Área de Servicios Públicos Supramunicipales de la Diputación de Sevilla está celebrando un Encuentro de Vías Verdes de la provincia de Sevilla, que nace con vocación de continuidad, con el que pretende impulsar la coordinación en la gestión, dinamización y promoción de las diversas vías verdes que existen o están en fase de creación.

Según ha informado la corporación en un comunicado, el objetivo principal es propiciar el intercambio de información y experiencias, que permita que el desarrollo de las vías verdes en municipios rurales contribuya al máximo posible a su dinamización socioeconómica.

De este modo, los gestores de las vías verdes que llevan más tiempo funcionando y más exitosas, en cuando a visitantes, generación de riqueza y empleo local, están trasladando su experiencia, así como cuáles son los mecanismos e instrumentos necesarios al resto de ayuntamientos que promueven y gestionan las vías verdes más recientes o que no han despegado en ese sentido.

La provincia de Sevilla cuenta ya con seis vías verdes operativas: Sierra (36 km), La Campiña (91,4 km), Itálica (2,8 km), Sierra Norte de Sevilla (18,7 km), El Ronquillo (9,2 km) y Las Lagunas (11 km).

Aún existen unos mil kilómetros de trazados ferroviarios fuera de servicio en Andalucía, parte de los cuales son susceptibles de ser convertidos en nuevas vías verdes.

Muchos municipios sevillanos están atravesados por estos antiguos ferrocarriles: Utrera, Lebrija, Osuna, Arahal, Morón de la Frontera, Carmona, Alcalá de Guadaira, El Viso del Alcor, Mairena del Alcor, Guillena, El Castillo de las Guardas, Aguadulce, entre otros.

La Diputación de Sevilla considera que estos equipamientos de uso público aportan grandes beneficios a los municipios cercanos, impulsando la reutilización del patrimonio ferroviario que está fuera de servicio y la puesta en valor de los territorios mediante el desarrollo de iniciativas de turismo activo y sostenible, como son el senderismo, cicloturismo, observación de aves, astroturismo o geoturismo.

De este modo se favorece la desestacionalización de la oferta turística, la diversificación de los ingresos en el medio rural, la creación de empleo y la fijación de la población joven en sus lugares de origen.