La Universidad de Sevilla, que participa junto al Ayuntamiento de Mairena del Aljarafe en la fundación sin ánimo de lucro de la que de depende el colegio mayor Maese Rodrigo, asegura que le preocupa el futuro del centro, pero que tampoco puede aportar fondos o comprometerse a avalar ningún crédito que permita salvar la caída de ingresos por el descenso de alumnos de los dos últimos años, una situación que podría abocar al cierre de la residencia.

Fuentes de la Hispalense, consultadas por este diario, admitieron que están al tanto de la situación y que les "preocupa". El equipo directivo del colegio ya puso la semana pasada sus cargos a disposición del patronato, una decisión que se le notificó tanto al Ayuntamiento y al alcalde, Ricardo Tarno (PP), como al rector, Antonio Ramírez de Arellano, pero a la que no han obtenido resupuesta formal.

El mismo portavoz de la Universidad trasladó que la situación económica de la institución es tan mala o peor que la de algunos ayuntamientos, con muchas prioridades que atender. También subrayó que es el Consistorio mairenero el que tiene mayor responsabilidad o mayor margen de maniobra, ya que es el propietario de las instalaciones y el que debe tomar decisiones al respecto.

El colegio mayor Maese Rodrigo se abrió hace 20 años, cuando el Ayuntamiento de Mairena, que adquirió un complejo de apartamentos hoteleros que se construyó para la Expo 92, firmó el convenio con la Hispalense. Durante estos años ha venido funcionando con autonomía financiera, incluso ha podido invertir en la mejora de las instalaciones.

Pero la crisis está reduciendo el número de estudiantes y ello ha reducido los ingresos. El centro también puede acoger a profesores. Tiene 56 apartamentos individuales y un centenar doble, todos con cocina y baño y servicio de limpieza. También comedor. En los dos últimos años, ha acumulado, según el gobierno local, unos 200.000 euros de pérdidas. La junta de gobierno del patronato ha presentado un plan de ajuste que pasa por que el Consistorio les avale para un crédito. Pero se ha rechazado. El equipo de Tarno se basa en los informes contrarios del interventor y el secretario, en que el Ayuntamiento está inmerso en un plan de ajuste, que habría que cambiar, y que se trata de una competencia que no es municipal.

También ha defendido, en contra de lo que mantiene la Universidad, que la responsabilidad de lo que ocurra es, en todo caso, compartida y que la gestión del centro durante estos años ha sido ajena al Ayuntamiento, a pesar de que todos los grupos municipales están representandos en el patronato.

Los residentes han iniciado recogida de firmas, a las que se han sumado diversos colectivos del municipio, entre ellos el aula de la experiencia que usa las instalaciones, para que sigan abiertas. El gobierno insiste en que la decisión y las soluciones deben venir del propio centro y que, en cualquier caso, no tiene previsto desacerse del complejo en el caso de que deje de funcionar como residencia universitaria. Se abrirían a los vecinos (hay piscina, pistas deportivas, salón de actos, entre otras cosas). Una parte ya se vendió para viviendas, a partir de 2004, con el gobierno del PSOE, para saldar la deuda que el Consistorio tenía contraída desde 1994, cuando adquirió por seis millones de euros el hotel a una sociedad del Estado.