Médicos durmiendo en consultas y pacientes atendidos bajo grietas y goteras en un centro de salud de Sevilla
El personal del consultorio de El Coronil denuncia que tiene que trabajar en "condiciones extremas" debido al deterioro de las instalaciones, que ha provocado el cierre de algunas dependencias por seguridad
La dirección del Área Sanitaria Sur afirma que la reforma no puede iniciarse por un bloqueo urbanístico
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El consultorio y punto de urgencias 24 horas de El Coronil funciona desde hace meses en condiciones que el personal sanitario califica de “indignas e inseguras”. Los médicos de guardia se ven obligados a descansar en camas plegables dentro de las consultas donde luego atienden pacientes; la sala de urgencias está clausurada por riesgo estructural; hay goteras en pasillos y áreas asistenciales, y parte del edificio está inutilizada por grietas y desprendimientos.
La Dirección del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla explica que la situación no se debe a falta de voluntad, sino a un “bloqueo administrativo” relacionado con la naturaleza del inmueble en un edificio antiguo, municipal y situado en suelo no urbanizable. Añade que ha comunicado por escrito a la alcaldía su “profunda preocupación” por el deterioro y la falta de avances en la modificación del PGOU, imprescindible para acometer cualquier obra. Tras no recibir respuesta a un requerimiento reciente, ha solicitado una “reunión urgente” para conocer el estado del expediente y los plazos de aprobación.
Las primeras grietas aparecieron en marzo, coincidiendo con lluvias persistentes. Después se desprendió parte del falso techo sobre una zona de descanso, y surgieron nuevas fisuras en baños, cocina y dormitorios. Según Andrés Fernández, médico de familia y delegado del Sindicato Médico de Sevilla, desde comienzos de abril se trasladó la preocupación a todos los niveles de responsabilidad del área sanitaria, incluido el Comité de Seguridad y Salud, pero las promesas de intervención no se materializaron.
Meses después se conoció la razón oficial. Según el sindicato, el centro está en un edificio municipal asentado "en suelo no urbanizable", lo que ha prolongado la situación y agravado el deterioro estructural. Desde junio, dos dormitorios, una salita y una pequeña cocina se clausuraron por riesgo evidente, igual que la antigua consulta de urgencias. Como solución provisional, las consultas médicas se convirtieron en dormitorios nocturnos.
“El área de descanso en las guardias son ahora las consultas. Entramos en la zona clausurada, donde están los colchones y el canapé, lo sacamos, apartamos las mesas, montamos la cama y al día siguiente, a las 7:30, se desmonta. Guardas el colchón en la zona donde está prohibido el paso y empiezas tu consulta como si nada”, cuenta una profesional.
A veces, la cama es una colchoneta plegable “como de piscina”. A veces, un colchón de 90 encajado a duras penas sobre una estructura de 80. Todo ello con pacientes esperando en la puerta horas después.
La falta de espacios obliga a usar la antigua sala de espera de Pediatría como comedor, separada por un simple biombo. El único baño disponible es el aseo pediátrico, sin ducha para guardias de 24 horas.
El reordenamiento afecta también a la atención de urgencias. Desde junio no existe sala específica; el espacio clausurado se ha sustituido por una sala de extracciones y curas donde enfermería maniobra con dificultad. El personal explica que una parada cardiorrespiratoria “no se podría atender en condiciones” porque la camilla está contra la pared por falta de espacio.
Las lluvias del último fin de semana han desbordado al personal y ha reavivado el temor a un incidente mayor. Fernández describe cómo los profesionales de guardia enviaron un vídeo en el que se apreciaba el agua cayendo por las paredes “a modo de cascada” en la sala de espera de Pediatría y en varias consultas. Una zona distinta a la que se vio afectada en marzo.
También asegura que, en otro punto del centro, una grieta sobre la zona habilitada como urgencias filtró agua durante horas, obligando a colocar toallas en el suelo. “En la sala de estar improvisada para médicos y enfermería, otra fisura volvió a gotear durante la tormenta”, afirma. “Pese a la gravedad ningún técnico se ha personado aún”, denuncia, al tiempo que se se pregunta “qué tiene que pasar para que alguien actúe”.
Desde el Sindicato Médico de Sevilla insisten en que todos los agentes implicados en poner soluciones “conocen el problema”. “Todos han recibido fotos, correos y vídeos”, dice Fernández. Pero, a día de hoy, el diagnóstico del personal es compartido. “El resultado es la nada”, sentencia.
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