La Policía Local de Bollullos de la Mitación ha desarrollado tres operaciones contra el tráfico de drogas en sólo dos días. La más importante se produjo el pasado viernes, cuando se desmanteló un punto de venta de estupefacientes, que estaba en una vivienda del pueblo en la que se vendía droga a menores de edad, según informó el Ayuntamiento bollullero. En esta intervención se decomisaron multitud de plantas de marihuana, algunas de gran altura y con un tallo de hasta veinte centímetros de diámetro.

En total se requisaron 24,5 kilos de marihuana, 130 gramos de hachís y 15 gramos de cocaína. También se intervinieron unos 3.000 euros y armas blancas y de fuego y teléfonos móviles, además de útiles para la elaboración de estupefacientes. Había en el patio de la vivienda un secadero con 110 plantas en proceso de secado.

El sospechoso no fue detenido porque no se encontraba en la vivienda en el momento de la intervención, según explicó a Efe el alcalde, Fernando Soriano. La investigación se inició a raíz de la incautación, por parte de la Policía Local, de pequeñas dosis entre compradores en operaciones llevadas a cabo por diferentes patrullas, con especial protagonismo de la recientemente creada unidad canina, especializada en la detección de estupefacientes.

La unidad canina de la Policía Local de Bollullos de la Mitación.

Esto llevó a la vigilancia de este punto, donde se realizaban transacciones de forma habitual entre clientes y los moradores de la vivienda, y a los agentes les llamó la atención el hecho de que muchos de los compradores eran menores de edad. La Policía Local solicitó al Juzgado de Sanlúcar la Mayor la entrada y registro de la casa, realizada el viernes por la mañana y en la que intervinieron diez agentes de la Policía. Junto al registro también se llevó a cabo la búsqueda, con la unidad canina, de droga en escondites u otros espacios menos accesibles.

Al día siguiente hubo otras dos operaciones policiales contra el cultivo de marihuana en Bollullos de la Mitación. Una de ellas, la primera, se hizo en colaboración con la Guardia Civil. En ella se intervinieron tres kilos y medio de cogollos en una vivienda cuyo propietario quedó investigado por un delito contra la salud pública. La investigación surgió por la queja vecinal por el fuerte olor a marihuana que salía de la vivienda. Se retiraron plantas y también droga que tenía en unos botes de cristal.

La segunda intervención tuvo incluso una persecución. Los agentes sabían que en la vivienda colindante a la de la primera plantación también se cultivaba marihuana. Creyendo que el sospechoso trataría de huir poco después para deshacerse de las plantas, la Policía montó un dispositivo de vigilancia en las inmediaciones. En efecto, el individuo salío cargado de plantas y la Policía lo consiguió interceptar tras una persecución, que terminó en una zona de campo. Se intervinieron diez kilos de marihuana.