Así ha quedado una de las residencias de ancianos en Sevilla tras las últimas inundaciones

Los 25 usuarios del centro privado Virgen de Setefilla están reubicados en otros geriátricos debido al deterioro de las instalaciones

Los servicios de Emergencias llegaron una hora después de que las trabajadoras reclamaran ayuda

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Así ha quedado uno de los geriátricos de Sevilla afectado por las inundaciones / Redacción DDS, Diego J. Geniz

Una semana después, los daños que causaron las inundaciones del 29 de octubre en Sevilla siguen siendo palpables. Aquella jornada se anegaron varias residencias de ancianos, entre ellas, el centro privado Virgen de Setefilla, en la urbanización El Socorro, en el término municipal de Carmona, muy cerca del aeropuerto. Sus instalaciones han quedado totalmente inservibles para el servicio que en ellas se prestaba. Los efectos de la borrasca han provocado que las pertenencias de las 25 personas mayores que allí residían se hayan perdido o estén muy deterioradas, desde la ropa hasta la medicina y la documentación. La mayoría de ellas se encuentran reubicadas en geriátricos privados.

"Una catástrofe". Cada vez que Lydia Curiel recuerda la mañana del 29 de octubre entra en shock. En aquel momento había cuatro trabajadoras en la residencia Virgen de Setefilla: dos auxiliares, otra empleada que se encuentra en prácticas y ella, directora de este centro privado. La planta baja se inundó cuando la lluvia más arreciaba. El patio se había convertido en una inmensa laguna que anegó salones, aseos y dormitorios. "Tuvimos que avisar a las otras compañeras de trabajo para que vinieran a ayudarnos en sus horas de descanso", rememora Curiel.

"Llamamos a los servicios de Emergencia, que tardaron una hora en llegar", detalla. Un tiempo que se hizo eterno para estas cuatro profesionales, que intentaron poner a salvo a los ancianos, la mayoría con un alto grado de dependencia. Tuvieron que subirlos con sábanas a la primera planta. "Si no llega a ser por nosotras, habrían muertos ahogados", incide Curiel, quien asegura que tras lo vivido aquel día, toda la plantilla de la residencia se encuentra "en shock psicológico, que no han superado".

Estado en el que quedó uno de los salones del geriátrico tras inundarse.
Estado en el que quedó uno de los salones del geriátrico tras inundarse. / Redacción Sevilla

Desde entonces, el centro está cerrado, pues las instalaciones han quedado inservibles. Ese mismo día los usuarios fueron trasladados en autobús a otras residencias. Algunos los recogieron sus familiares tras ponerse la dirección del geriátrico en contacto con ellos. De los reubicados, cinco fueron llevados a Huerta Palacios, una residencia pública de Dos Hermanas, titularidad de la Junta de Andalucía, que ofreció esta solución provisional ante la emergencia.

El destrozo que la lluvia provocó en las habitaciones de la residencia Virgen de Setefilla.
El destrozo que la lluvia provocó en las habitaciones de la residencia Virgen de Setefilla. / Redacción Sevilla

De estos cinco, actualmente sólo dos quedan allí, mientras se les asigna una plaza privada. En este sentido, debe tenerse en cuenta que al ser un geriátrico público su uso sólo puede ser temporal por circunstancias extraordinarias (como es una inundación), ya que para convertirse en permanente depende del proceso establecido por la administración para dicho servicio gratuito. Esta solución de urgencia provocó cierta confusión en algunas familias, que creyeron que podrían permanecer en Huerta Palacios de manera indefinida. De hecho, varios afectados se han puesto en contacto con este periódico y aseguran que desde la Consejería de Inclusión Social y Familias se les garantizó el día de la inundación que se podían quedar allí, "pero, al día siguiente, nos informaron de que debíamos abandonar Huerta Palacios".

Los exteriores de la residencia se convirtieron en una laguna.
Los exteriores de la residencia se convirtieron en una laguna. / Redacción Sevilla

"Los residencias públicas ya están asignadas según el protocolo fijado", explican desde el centro Virgen de Setefilla. Por tal motivo, a todos los residentes del geriátrico inundado se les ha reubicado en plazas privadas, que eran las que ocupaban y por las que pagan. "Hemos ayudado a todas las familias en este proceso, para que tuvieran cabida en un centro. Hay quienes las han rechazado por lejanía, pero deben recordar que se trata de una situación de emergencia", afirma Curiel.

Todo ello en unos días en los que han compaginado dicha labor con la limpieza de las instalaciones y el intento de recuperar las pertenencias de los 25 ancianos. El objetivo es que la residencia Virgen de Setefilla vuelva a abrir cuanto antes. Meta nada fácil.

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