Ana Vives Casas

Un año de laboratorio y, sobre todo, de tramitaciones. La provincia de Huelva asiste con expectación al resurgir del negocio minero que dejó en 2012 hasta 67 proyectos de investigación en marcha, una explotación que va viento en popa (Aguas Teñidas) y dos expedientes de apertura (Emed Tartessus y Lomero Poyatos) que avanzan en la maraña administrativa. No en vano, la tarjeta de presentación de la provincia muestra una de las zonas del mundo más ricas en complejos polimetálicos, con altas concentraciones de cobre, a las que se mira como el brebaje para combatir los síntomas de una comarca que sufre desde hace años una tasa de paro superior al 50%. Huelva es el punto neurálgico de la Faja Pirítica, que se extiende a lo largo de 250 km en los que aún quedan 400 millones de toneladas de mineral por explotar. La proliferación de proyectos (a sabiendas del elevado potencial económico) que se acumularon años atrás, dieron paso a un riguroso control por parte de la Administración andaluza que a final de año se materializaba en la concesión de los derechos mineros para impulsar la reapertura de Lomero-Poyatos (El Cerro del Andévalo y Cortegana). La Junta de Andalucía culminaba en noviembre el proceso administrativo con la empresa Corporación de Recursos Iberia (propiedad de la compañía panameño-canadiense Petaquilla Minerals) para poner en funcionamiento esta explotación (cerrada desde los años 80) donde se busca cobre, plomo y zinc. La multinacional recibía así un plazo de seis meses (cumplen en mayo de 2013) para que salga el primer vagón cargado de mineral de la vieja mina, en la que se tiene intención de invertir 100 millones para crear 140 empleos directos y 250 indirectos.

Poco después de lograr los derechos mineros, una filial suya (PTQ España) incorporaba a su proyecto la mina de San Telmo (Cortegana), propiedad de la familia Ybarra, a través de la sociedad minera La Hispalense, segunda sociedad anónima más antigua de Andalucía.

En el tintero aún quedan coletazos del proyecto de mayor envergadura que se espera en la provincia, presentado en 2008 por Emed Mining para Riotinto. Hasta el momento, se han invertido 70 millones de los 200 que se necesitan y que serán capaces de propiciar 1.200 empleos. Cuatro años después, el proyecto sigue en la maraña burocrática y pendiente de una póliza de seguro en concepto de responsabilidad civil que alcanza los 180 millones. En su agenda, el año 2014 como horizonte máximo para iniciar su actividad.

Aguas Teñidas, que explota Matsa en Almonaster La Real (que abrió en noviembre de 2007) sigue siendo la única mina que ha sido capaz de recuperar la actividad en la provincia en las tres últimas décadas. Ha generado un millar de empleos (directos e indirectos) y despedía el año anunciando su plan de ampliación para duplicar su producción con una inversión de 300 millones. Se ganarán 200 empleos permanentes.

En el lado opuesto, la inversión anunciada por la compañía irlandesa Ormonde Mining en La Zarza. Poco se avanzó sobre un proyecto que se lanzó para dos décadas de actividad, gracias a la cual se podrían ocupar 300 nuevos puestos de trabajo.