Más allá del desquiciamiento
Análisis | Betis
La roja a Canales frente al Cádiz no ocultó el problema de fútbol en un Betis sobreexcitado que cometió fallos muy groseros
La autocrítica aparece en los de Pellegrini y toca hablar en el campo
El Betis recurrirá la expulsión de Canales ante los amarillos
El paso de las horas debe traer cierto grado de calma a un Betis que el pasado domingo dio una imagen de desquiciamiento y nerviosismo nada habitual en el equipo que entrena Manuel Pellegrini.
Una atmósfera y un clima en torno a los arbitrajes y la figura de Sergio Canales, durante la semana previa al choque ante los amarillos, que al final acabó en contra del propio equipo verdiblanco, más allá del error de Cuadra Fernández en la expulsión del cántabro. Los nervios fueron in crescendo en un conjunto verdiblanco que se vio reflejado en el absurdo penalti de Miranda y en la autoexpulsión de Aitor Ruibal con la frustración de su fallo en el 0-2, amén de otras acciones que bien pudieron dejar a los de Heliópolis con más expulsados, pues tanto Ayoze, tras una patada a Fali; y Miranda, tras un codazo a Iza –sin obviar una entrada sobre Rubén Sobrino que rozó la pena máxima–, se jugaron el camino a la caseta. De hecho, esa imagen de Pellegrini en la banda con el lateral de Olivares fue la mejor prueba de ese Betis desquiciado que se vio ante el Cádiz. Desquiciado... y sin fútbol.
Sin calma
Tras la expulsión del cántabro, el nerviosismo se apoderó del conjunto bético en todo momento
Y es que el Betis, antes de la expulsión de Canales, estaba dando una imagen muy mala, la cual se ha visto, incluso, en muchos partidos que acabaron en victoria. Ni rastro del fútbol del pasado curso. Un juego sin ritmo, sin intensidad ni verticalidad, y con actuaciones individuales de bajo nivel (Carvalho, Borja Iglesias...). Esto se acrecentó tras la cartulina roja que vio el santanderino en un Betis que jugó sobrepasado de revoluciones, en vez de tener cierta calma para jugar con diez de una manera diferente. Un Betis que bien recordó al de otros tiempos no tan buenos, un salto hacia atrás hacia el de temporadas aciagas.
Además, el fallo de Cuadra Fernández en la expulsión de Canales no ocultó otros detalles de esa acción: la mala colocación de los futbolistas verdiblancos en la pérdida de la pelota de Canales, ver cómo el 10 bético asumía la roja sin ninguna protesta, al igual que en Cádiz, y apenas rastro de vehemencia de sus compañeros a la hora de protestarle al colegiado. Hasta el santanderino asumía en redes sociales su fallo: "Lo siento equipo, afición. Hoy fallé, tuve un error grave y soy responsable de la derrota. Toca hacer autocrítica y seguir trabajando como nunca para ayudaros. Gracias por todo el apoyo, equipo, afición y Betis. Sois los mejores, seguiremos peleando juntos".
Mientras, en sala de prensa, Pellegrini hablaba de expulsión "exagerada". "Lo más fácil es echarle la culpa al árbitro y no quiero comentarlo mucho. La expulsión de Sergio sí me pareció absolutamente exagerada, pero no he querido discutir con el VAR. Me gustaría verla, pero la jugada es a 30 metros de la portería, también estaba Édgar... Es rigurosa, exagerada y cuando menos tendría que verla. Es muy lejos de donde Sergio pierde el balón. De la otra expulsión no tengo nada que decir ni de los dos goles que encajamos", indicó Pellegrini, que tiró de autocrítica tras una derrota que no encajó bien: "Lo he dicho ya dos veces. Los errores los cometimos nosotros. No podemos echar la culpa a una acción del resultado de hoy. La derrota se dio porque regalamos los goles".
Mal juego
Antes de quedarse con diez, el juego del Betis brilló por su ausencia, sin ritmo, desborde, ni verticalidad
Una línea de autocrítica necesaria en el Betis viendo lo pasado ante el Cádiz, ya que no es de recibo la manera en la que el equipo de Heliópolis se desmoronó tras quedarse con diez. Es la hora de que los verdiblancos vuelvan a hablar en el campo, de centrarse en el balón y no desviar la atención en esa cantinela arbitral en la que están inmersos, también, muchos clubes con comunicados en forma de protestas por todo lo que está aconteciendo en torno al uso de la tecnología en el arbitraje.
Próximo rival
El choque ante el Espanyol adquiere gran valor para los verdiblancos en la lucha por los puestos europeos
Templanza y sangre fía para saber manejar las cuestiones arbitrales, saber dónde está el límite para no caer en excusas estériles que acaban por repercutir en el balón, en la hierba, y más en el momento actual de la temporada de un Betis al que históricamente nunca le ha venido bien cubrirse bajo el manto del victimismo arbitral. Así, a dos puntos del Villarreal, quinto, y a seis de la Real Sociedad, el partido ante el Espanyol, que llega necesitado de puntos en su lucha por evitar el descenso, debe centrar toda la atención de un equipo bético que tampoco debe perder de vista a su perseguidor más inmediato, el Athletic, al que sólo le saca cinco puntos teniendo que visitar San Mamés.
Capítulo aparte merece la planificación de la presente temporada y la venidera, la bajada del nivel de aptitud y la necesidad de un revolución en verano que se antoja necesaria. De momento, autocrítica para recuperar sensaciones y, sobre todo, fútbol.
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