Betis-Osasuna | La crónica

Un dulce en el epílogo

  • El Betis finiquita la permanencia con una victoria por goleada ante un desenchufado Osasuna

  • Guido Rodríguez, Pedraza y Aleñá se estrenaron como anotadores béticos

Mandi pugna con Estupiñán.

Mandi pugna con Estupiñán. / Antonio Pizarro

Sin alardes pero con solvencia, el Betis finiquitó la permanencia ante Osasuna, ese triste objetivo al que se había condenado en esta recta final después de una temporada para el olvido. El club verdiblanco comenzará por sexto año consecutivo la Liga en Primera, a la espera de que se haya aprendido de los errores cometidos esta campaña y que el equipo pueda mirar de nuevo hacia Europa, ese destino ineludible para una entidad en la que la palabra crecimiento aparece a menudo entre el vocabulario de sus dirigentes.

El duelo ante Osasuna fue un dulce para el epílogo. Con más tensión que su rival, que se plantó en Heliópolis con la temporada resuelta y siete puntos más que los verdiblancos, al Betis le bastaron dos arreones para llevarse los tres puntos al zurrón y mirar con tranquilidad a las tres últimas jornadas del campeonato, una cuestión que por momentos incluso se llegó a poner en duda.

Una vez resuelto el problema de la salvación, a la cúpula deportiva le tocará comenzar a tocar las teclas del nuevo Betis, comenzando por la oficialidad de la contratación de su nuevo entrenador, un Manuel Pellegrini que llegará a Heliópolis con la obligación de recuperar la competitividad que dejó de mostrarse desde hace año y medio.

Pero el análisis debe ser más profundo y no quedarse en la superficialidad de una Liga que se torció desde el inicio y que acabó con un cambio de entrenador en este final de campeonato exprés tras el confinamiento. Que este Osasuna que compareció en el Villamarín todavía le saque cuatro puntos a los heliopolitanos señala bien a las claras que en el Betis demasiados asuntos se resolvieron de mala manera.

El partido tuvo poca historia. Osasuna, que llegaba tras tres victorias y un empate en las cuatro últimas jornadas, compareció desenchufado y eso lo aprovechó el Betis para demostrar que sí se jugaba al menos el honor. Alexis se tomó muy en serio el partido y eso se notó tanto en la alineación inicial, con la misma defensa y el doble pivote que dieron solidez en Balaídos, como en la actitud del equipo.

Salió el Betis con dos marchas más que Osasuna a ese caluroso Benito Villamarín y ya en el minuto 4 plasmó esa diferencia de intensidad. Un saque de esquina en corto entre Fekir y Joaquín acabó en un centro del portuense hacia la cabeza de Guido Rodríguez, que, sin marca, sólo tuvo que dirigir el remate para poner el 1-0.

El gol dio más calma a los heliopolitanos. Asentados y con las líneas juntas, el Betis mantuvo el control del juego y era cuestión de tiempo que hallara el espacio para golpear a un Osasuna desconectado. Lo consiguió Pedraza tras un contragolpe que inició él en asociación con Fekir, en una acción que evidenció la diferencia de revoluciones entre ambos conjuntos. El cordobés, que ha acabado fuerte la temporada, remató el balón suelto que quedó en el área y que entró en la portería con la colaboración de David García.

La alta temperatura y la pausa de hidratación provocaron que el Betis bajase el ritmo. Con dos goles de ventaja y la inoperancia de Osasuna en fase ofensiva, los verdiblancos se limitaron a controlar el juego, aunque Fekir pudo lograr el tercero antes del descanso si llega a enganchar con más precisión un pase de Pedraza dentro del área.

No le había gustado nada a Arrasate lo que había visto de sus discípulos y movió ficha en el descanso. Si a este Osasuna le quitas el carácter que ha exhibido durante gran parte de la temporada se queda en muy poca cosa, de ahí que el técnico intentase recuperar parte de ese coraje dando entrada tras el receso a Estupiñán y Oier, y al menos su equipo recuperó cierto pulso.

También ayudó que este Betis tampoco está para demasiadas alegrías. Su gran apuesta para la delantera, Borja Iglesias, parece otro futbolista distinto a ese tan deseado el pasado verano. No tiene fe en cada acción en la que aparece y de nuevo desaprovechó dos ocasiones para acabar la temporada con un gol que haga vislumbrar una mejoría. Tampoco Fekir está acabando con el punto de mira en su sitio y sus remates apenas inquietaron a Sergio Herrera.

Los cambios siguieron animando a Osasuna, lo que al menos permitió que Dani Martín, fallón en el juego con el pie hasta entonces, hiciera acto de presencia para desviar sendos remates de Roncaglia y de Tello en propia puerta. No fue demasiado para examinar al joven portero, pero seguro que para su confianza fue positivo marcharse con la portería a cero.

Con el tiempo ya cumplido llegaría la otra alegría del día, esta vez para Aleñá. El catalán, casi inédito hasta ese momento, metió el pie con sutileza para rematar un buen pase de Loren y establecer el 3-0. Goleada consumada en Heliópolis con estreno incluido para los anotadores. Tres puntos que dejan al Betis de nuevo en Primera y sin mirar más calculadoras. Algo es algo en una temporada de pesadilla que ya se quiere dejar atrás para mirar de nuevo al futuro con ese optimismo que siempre se renueva en verano.

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