La solidez defensiva se ha convertido en una de las claves del Betis en el arranque de temporada y entre su trío de centrales se ha consolidado Sidnei Rechel da Silva, el defensa que fichó Lorenzo Serra Ferrer a comienzos de agosto cuando se convirtió en una oportunidad de mercado. El brasileño ha aprovechado la ausencia de Feddal para convertirse en uno de los indiscutibles para Quique Setién, quien incluso se ha mostrado agradablemente sorprendido por la rápida adaptación de Sidnei a lo que él le exige a sus defensas.

Tras ser suplente en las tres primeras jornadas –apenas disputó dos minutos en el derbi por la lesión de Bartra–, el brasileño se estrenó como titular en Mestalla, donde cuajó un excelente encuentro que le valió para continuar en el once. Ese nivel exhibido desde ese momento le ha hecho participar en cuatro partidos de Liga más –sólo descansó ante el Leganés– y también en los dos de la Liga Europa ante el Olympiacos y el Dudelange. De hecho, Setién ha optado por darle continuidad a brasileño a la espera de que Feddal, ya recuperado del virus que lo dejó tocado, alcance su mejor estado de forma.

Sidnei lidera la estadística de intercepciones del equipo verdiblanco en la Liga (13), pese a haber disputado menos partidos que Bartra o Mandi, los otros habituales centrales. También se encuentra entre los mejor situados en otros apartados como las recuperaciones (28), las entradas con éxito (9) o los duelos con éxito (21), lo que realza su valor añadido para la zaga. Además, el defensa se ha adaptado al estilo de juego que ha impuesto Setién en el Betis, con esa salida desde atrás con la que el brasileño se siente cómodo o ese paso adelante que se requiere a los tres centrales cuando el equipo verdiblanco quiere presionar en campo contrario.

El fichaje de Sidnei fue una apuesta de la dirección deportiva. Su nombre ya estuvo en la agenda verdiblanca en el pasado –para Roberto Ríos era uno de sus centrales preferidos en tiempos de Vlada Stosic como director deportivo–, aunque fue este verano cuando Lorenzo Serra Ferrer apostó por su incorporación. Los primeros sondeos por el brasileño no fueron fructíferos, debido a las altas pretensiones iniciales del Deportivo, que tras el descenso tasó al central en diez millones de euros.

Posteriormente, y ante la necesidad de hacer caja que tenía el equipo gallego, el Krasnodar aceleró para contratar a Sidnei, por el que estaba dispuesto a abonar más de seis millones. Finalmente, y pese a que el brasileño se desplazó hacia Austria, donde el equipo ruso estaba realizando la pretemporada, las partes no cerraron el acuerdo, con lo que el jugador regresó a La Coruña.

Apenas una semana después de esta inesperada situación, el Betis aprovechó para volver a la carga y esta vez sí alcanzó un acuerdo con el Deportivo por unos 3,5 millones de euros, una cantidad tres veces inferior a la que se había solicitado a inicios de verano.

En esas condiciones, Serra Ferrer sí decidió apostar por un defensa que cumplía con los requisitos de contar con una amplia experiencia en la Liga, con lo que se reducía su periodo de adaptación, a la vez que cubría el perfil izquierdo de la zaga, que era el otro objetivo de los técnicos tras la lesión de Feddal. El hecho de que Sidnei ocupase una plaza de extracomunitario tampoco representó un problema para la planificación verdiblanca, ya que se había contado con esa posibilidad. Incluso este asunto podría dejar de ser un obstáculo en los próximos meses, ya que Sidnei está ultimando su pasaporte español. “Espero tenerlo antes de diciembre”, reconoció el jugador esta misma semana en una entrevista en el diario AS.

A la espera de solucionar esa burocracia, lo único seguro es que Setién ha encontrado en Sidnei otro central de garantías para esa columna vertebral tan importante para el Betis en el inicio de campeonato. Aunque el brasileño siempre contó con un gran cartel en el Deportivo, su irregularidad en el último año provocó alguna duda en su fichaje por el Betis. Pero las mismas han quedado despejadas en el arranque liguero, en el que Sidnei está siendo el gran destapado de la defensa.