Betis-Villarreal | El rival

Un desequilibrio peligroso

  • El Villarreal se ha metido en la pelea por el descenso tras un año de problemas

  • Javi Calleja regresó al banquillo con un cambio de sistema

Calleja, en un entrenamiento del Villarreal.

Calleja, en un entrenamiento del Villarreal. / Domenech Castelló (Valencia)

El sexto presupuesto de Primera, con más de 136 millones de euros de gasto, se ha metido de lleno en la pelea por el descenso. Problemas de lesiones, pobre rendimiento de sus fichajes y hasta un doble cambio de entrenador para volver al punto inicial han llevado a la temporada del Villarreal a una peligrosa dinámica, de la que viene tratando de salir en las últimas jornadas pero que no acaba de conseguir.

Dos golpes psicológicos ha recibido en sus dos últimos partidos, en los que se ha dejado cinco puntos en los últimos minutos, por lo que habrá que comprobar si es capaz de reponerse en su visita al Villamarín. 0-2 se marchó ganando al descanso en Vigo ante un rival directo en la zona baja, lo que lo alejaba del peligro, y acabó sucumbiendo por 3-2; 4-2 vencía el martes al Barcelona, tras remontar el 0-2 inicial de los azulgrana, y Messi y Luis Suárez colocaron el empate en el tiempo de prolongación.

Esos dos partidos muestran el desequilibrio general de este Villarreal, que posee calidad para golpear a sus rivales, pero que también concede demasiadas facilidades atrás. El regreso de Javi Calleja, destituido en la jornada decimoquinta y recuperado en la vigésimo segunda tras seis partidos sin ganar con Luis García, ha tratado de mejorar la defensa con un cambio de sistema pasando al 3-4-2-1, aunque no acaba de conseguir el equilibrio deseado.

Sin balón

Ante los acusados problemas defensivos, Calleja ha optado por colocar tres centrales, en un intento de cerrar los espacios por dentro, uno de sus puntos débiles este año. Las lesiones de Bruno, Javi Fuego o el propio Cáseres han dejado a los castellonenses sin esa referencia por delante de una zaga muy feble. Como visitante, el Villarreal suele replegarse en campo propio, con la intención de minimizar espacios y que esa acumulación de jugadores le permita mejorar las prestaciones defensivas, algo que no siempre consigue. Los numerosos errores individuales de sus zagueros le han costado muchos puntos y se ha convertido en un problema endémico sin solución.

Con balón

Es un equipo construido para sentirse protagonista, pero en ningún momento ha conseguido esa continuidad en el juego que se le demanda a un conjunto de su calidad. Manu Trigueros, desaparecido, o Fornals, lejos de su nivel, han mermado esa capacidad de mantener el balón, quedando únicamente Cazorla al frente de las operaciones. El asturiano ha dejado atrás su largo periodo de inactividad para sentirse de nuevo futbolista y de sus pies salen las mejores acciones amarillas, aunque su déficit físico es un handicap.Su mayor peligro ahora mismo llega al contragolpe, con la velocidad y capacidad de sus delanteros al espacio. Ekambi, Bacca o el joven Samu Chukwueze afilan su ataque, una opción que también maneja Gerard Moreno, aunque éste añade otros registros.

Lo mejor

La calidad de Cazorla cuando es protagonista con el balón; la velocidad de su ataque, que hace daño al contragolpe.

Lo peor

Ni la defensa de tres centrales ha mejorado el rendimiento defensivo, con errores colectivos e individuales muy groseros.

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