Rubi se ha acostumbrado a vivir en el Betis en el alambre. Tras superar un complicado inicio de temporada, con diferencias con la plantilla y el equipo cayendo a zona de descenso en las jornadas novena y décima, el técnico se mantiene al margen de los movimientos que vienen realizando los dirigentes y se centra en el decisivo duelo ante el Real Madrid. Y para superar esta nueva final, Rubi tiene claro que debe mejorar las prestaciones defensivas de su equipo, que ha encajado seis goles en sus dos últimas comparecencias en el Benito Villamarín.

Con 42 tantos encajados en 26 jornadas, el Betis es el tercer equipo más goleado de Primera, una sangría que ha sido una constante en las últimas temporadas y que Rubi tampoco ha sabido frenar. "Hemos encajado 42 goles, que son muchos a estas alturas del campeonato. Esa cantidad en contra no nos da para sumar partidos y puntos. Es uno de los motivos prioritarios para estar en esa posición. Cuando un equipo encaja muchos goles se hace débil. Hay que cortar esa sangría", expuso Alexis, coordinador del área deportiva, como uno de los motivos de la mala temporada del Betis.

El técnico, que también ha detectado esa carencia, está probando variantes para el duelo ante el Madrid. Recuperar la defensa de tres centrales, que ya compareció en el duelo de la primera vuelta en el Santiago Bernabéu (0-0), o la de colocar jugadores con un perfil más de contención en la medular son las opciones que baraja Rubi para medirse a un conjunto blanco que esta temporada tampoco aparece con el colmillo afilado entre sus atacantes –sóloBenzema supera la decena de goles–.

Con el seguro regreso de Bartra a la zaga, tras cumplir su sanción por acumulación de amonestaciones en Valencia, Rubi ha ensayado con el catalán junto a Mandi y Sidnei, los dos titulares en la cita en la capital del Turia, a lo que se añadiría un pivote de contención por delante, con Édgar y William Carvalho con más opciones que el argentino Guido Rodríguez.

La otra variante que aparece en la libreta del técnico pasa por mantener la zaga de cuatro defensas pero colocando a Édgar o Guido Rodríguez como pivote y acompañado de William Carvalho, un recurso que ya utilizó ante el Barcelona en el penúltimo partido en casa.

Bartra, junto a Édgar y Guardado.

Con estas dos alternativas, que no son excluyentes que puedan aparecer durante el desarrollo del encuentro, Rubi quiere acabar con ese lastre defensivo que vienen condenando al equipo y que tiene su origen en la falta de contundencia cuando no dispone de la pelota. Por el puesto de pivote han pasado múltiples jugadores esta temporada –William Carvalho, Bartra, Édgar, Guardado, Kaptoum, Guido Rodríguez– sin que ninguno haya frenado esa sangría. De hecho, en los datos que manejan los técnicos se observa que el Betis tiene problemas para protegerse en la zona central y la mayoría de las acciones defensivas se reservan para el área propia.

El análisis estadístico para apuntar a ese hándicap se completa al comprobar que el cuadro verdiblanco es el segundo equipo que más tiros recibe tras contragolpe rival, el tercer equipo que permite más pases en las inmediaciones de su área, el quinto al que más pases le completan dentro de su propia área, además de ser el segundo equipo que menos recupera la posesión tras presión. Todo un síntoma de esas dificultades defensivas que han convertido a los verdiblancos en el tercer equipo más goleado, un problema que está obligado a subsanar de cara a la final ante el Madrid.