El Betis de Manuel Pellegrini se diluyó en Getafe. No sólo fue la derrota, sino la paupérrima imagen de un equipo que nunca supo cómo competirle a la escuadra de José Bordalás que, a falta de más refuerzos, tiró con su receta clásica de presión en la medular y velocidad para lanzarse al ataque. ¿Sabían los heliopolitanos a qué campo acudían en la cuarta jornada del campeonato? No lo pareció y ese campo de minas azulón hizo saltar por los aires el arranque de campeonato verdiblanco.

Tampoco hubo reacción desde el banquillo. Ni el planteamiento inicial, pese al condicionamiento de la ausencia de un lateral diestro específico, ni luego con los cambios el Betis se acercó a una versión competitiva. Ahogado en la sala de máquinas, donde Guido Rodríguez y William Carvalho naufragaron, y donde tampoco Fekir o Canales se hicieron notar en el primer tiempo, Cucurella, ese inteligente futbolista criado en La Masía, gobernó el duelo desde la banda izquierda, bien escoltado por Cucho Hernández y el goleador Ángel.

La pizarra del Betis

Defensa

La solidez verdiblanca se quedó en el olvido en apenas 42 minutos. Las continuas pérdidas en la zona central –la especialidad del Getafe– dificultaron el trabajo de una zaga que tampoco se acopló con Bartra como lateral diestro y Sidnei como pareja de Mandi.

El franco-argelino, además, acabó expulsado tras recibir dos tarjetas en un minuto, con lo que también será baja en Mestalla. Su adiós movió a Bartra al centro y puso a Ruibal como lateral, pero ya tampoco había partido.

Ataque

Cortocircuitado por la presión del Getafe, Guido y William nunca le dieron salida al equipo por la zona central, lo que tampoco permitió conectar con Canales o Fekir, demasiado lejos de las zonas de acción. La presencia de Juanmi en la banda derecha tampoco ayudó en exceso, ya que el malagueño no se parece a Joaquín en su fútbol, con lo que tampoco le pudo poner remedio a esa deficiencia con la pelota.

Las imágenes del Getafe-Betis

La entrada de Borja Iglesias tras el descanso, con lo que el Betis pasó a jugar con dos delanteros, tampoco sirvió para mejorar el rendimiento. Como tampoco las posteriores sustituciones realizadas por Pellegrini, que esta vez agotó los cambios en un desesperado intento de mejorar la imagen de su equipo.

Sólo Canales, retrasado a la zona central desde el intermedio, pareció rebelarse ante lo que sucedía en el césped, pero su esfuerzo fue baldío ante un Getafe al que le bastó mantener el orden para que David Soria fuera casi un espectador más.

Virtudes

El orgullo de Canales.

Talón de Aquiles

Desde una mala puesta en escena, con una pésima lectura de lo que esperaba en Getafe, hasta los errores individuales más evitables tanto en los goles como en esa expulsión de Mandi.