Sparta Praga-Betis | Informe técnico

El Betis y el poder saciante de la imbatibilidad

Borja Iglesias se lamenta de una acción en Praga.

Borja Iglesias se lamenta de una acción en Praga. / Vlastimil Vlacek (Efe)

Será un pecado venial lo de Praga si el Betis cumple con la lógica y derrota al Glasgow Rangers en la última jornada del grupo. No tendrá a su clave de bóveda, el que lo sostiene todo, Guido Rodríguez –¿forzó la amarilla para descansar y llegar limpio a los cruces?–, pero aun así, los verdiblancos deben corregir el borrón de una fría noche, muy al estilo de las salidas europeas de finales de noviembre o diciembre.

Los partidos europeos a domicilio, y más en esta época ya invernal, suelen plantear dificultades aunque el rival sea limitado. Más si el enemigo es un buen equipo, como es este Sparta Praga que lidera su liga. Sólo Assane Diao salió con la actitud adecuada en ataque, a Nabil Fekir aún le queda para ganar el ritmo mínimo para explotar su fútbol diferencial y el evidente salto entre titulares habituales y algunos suplentes (Aitor Ruibal, Abner, Guardado, ahora Borja Iglesias) terminó de lastrar a un equipo que pareció cansado de permanecer imbatido.

Defensa

El Sparta Praga no salió a buscar al Betis. Entre guardar su viña o salir a campo abierto, eligió lo primero y se fió a las salidas rápidas por fuera, de Birmancevic por la derecha o Haraslin por la izquierda.

El líder de la liga checa fue hábil a la hora de llevar la pelota de una banda a otra en sus ataques para buscarse el espacio y el remate. Tampoco es que chutara mucho, porque la defensa bética, con Pezzella al mando y Guido a la ayuda desde unos metros más arriba, se hacía fuerte en el repliegue. Pero en una de las traslaciones horizontales, Haraslin encontró el ángulo y su balón combado y con el bote cargado de veneno fue inalcanzable para Rui Silva.

Marc Roca no deja de ser un remiendo como central y mientras más partidos juegue ahí, más va a aflorar que su querencia apunta unos metros más arriba. Alguna indecisión tuvo.

Ataque

Era la noche para que Nabil Fekir fuera recuperando tono físico, para que Abde se sacudiera su irregularidad y para que Borja Iglesias se reencontrara de una vez. Pero nada de eso sucedió. Sólo Assane Diaio salió realmente enchufado, con la marcha metida, pero nadie le acompañó. Tampoco Andrés Guardado dio ese paso adelante que acostumbra y sólo manó peligro de veras en una acción en la primera parte, en ese pase de Assane a Borja que desaprovechó con un tiro inocente tras un buen quiebro para abrirse el espacio y rematar.

Isco siempre abre vías entre líneas, pero faltó movilidad en la nube de atacantes (Borja, Willian, Ayoze) para abrir espacios en un Sparta muy replegado. No le sentó bien al Betis la salida del campo de Assane.

Virtudes

Assane no está dispuesto a regalar la titularidad que se ganó.

Talón de Aquiles

Al ralentí no se gana en Europa.

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