Betis - Getafe | La crónica

El Betis se quiebra con todo de cara

  • El equipo de Pellegrini, que se fue al intermedio ganando 2-1 por dos buenos goles de estrategia de Fekir y Canales, se desordena en la segunda parte y cede un justo empate ante un Valencia de saldo

El Betis se quiebra con todo de cara

El Betis se quiebra con todo de cara / Antonio Pizarro

Punto para el Betis de sabor mucho más amargo que el que se embolsó la jornada anterior ante el Atlético de Madrid. Si el Valencia suma ahora mismo la mitad de puntos que el líder, 35 por 70, es por algo. Y aunque los verdiblancos dieron un pasito después de que la Real Sociedad perdiera, la frustración es evidente para el equipo de Manuel Pellegrini, que de forma inopinada se descompuso en la segunda parte cuando lo tenía todo de cara. El empate a dos se ve raquítico, pero pudo ser incluso peor en el tramo final del partido, cuando, tras el sorprendente cambio de William Carvalho por Fekir en el minuto 71, los de naranja amenazaron con llevarse todo el botín.

Cierto es que también el Betis se pudo llevar el partido en sus estertores con un par de remates peligrosos de Aitor Ruibal, sobre todo el segundo. La entrada del intenso y honestísimo jugador catalán por Tello (82’) fue lo único que le resultó a Pellegrini en sus retoques sobre la marcha. Primero, con una volea mordida que rechazó Doménech cuando entraba el cuero por su escuadra derecha (84’) y tres minutos después, al sacar abajo, junto al palo derecho, un tiro fortísimo del bético tras su recorte a Diakhaby.

Pudo llevarse ahí el Betis un partido abierto, de ida y vuelta, como ya le ocurrió otras veces ante Osasuna o Getafe en casa. Pero no fue así. El equipo reincidió en sus defectos ya conocidos, una blandura defensiva en los laterales y en la zona ancha que es capaz de dar vida y animar a equipos mortecinos como es hoy el Valencia.

Era un partido para que la calidad ofensiva marcara diferencias con rotundidad, sin concesiones. Para sujetar por las solapas a un equipo que vaga en tierra de nadie, sin la mínima tensión competitiva en la hierba como límpido reflejo de la falta de tensión institucional.

Y dos golpes béticos, ejecutados efectivamente por los dos jugadores con más calidad, llegarían en sendas jugadas a balón parado. El trabajo eficaz, profundo, de Manuel Pellegrini se ve también en la estrategia.

A los doce minutos de juego, un saque de esquina desde la derecha ejecutado en corto lleva a Joaquín a centrar con su habitual precisión a la media luna, donde Fekir suelta una volea que hace letal el bosque de jugadores que tenía el portero Doménech entre el balón y él. Reacciona tarde el arquero valencianista al golpeo del francés, que abrió su pie izquierdo para sacrificar fuerza en favor de la precisión. Y el balón no fue muy fuerte pero tampoco muy ajustado. Pero Doménech se lo vio ya encima y no pudo, o no supo, evitar el primer gol.

El segundo tanto del Betis llegó a los 42 minutos y volvió a poner en ventaja a los heliopolitanos. Guillamón cometió falta sobre Joaquín cerca del área, en una posición idónea para un zurdo. Allá que se fueron Fekir y Canales para postularse como lanzadores. Finalmente, el francés se perfiló para ejecutar, pero burló a todo el Valencia con su decisión, sacó en corto a la corona del área, donde Joaquín, de espaldas a la portería, se la acomodó a Canales para que el cántabro soltara un zurzado seco, más potente que colocado pero difícil de atajar. Doménech apenas sacó el brazo ante el obús.

Esas dos acciones llevaron al Betis al intermedio con ventaja y, por tanto, en disposición de ahormar en frío, bajo los expertos consejos de Pellegrini, un partido en el que los verdiblancos volvieron a evidenciar una alarmante endeblez atrás. Bien que se vio a los 22 minutos, cuando Guedes igualó en una acción similar a la del gol de Fekir en un rasgo: en el primer remate entre los tres palos, el portero, en esta ocasión Claudio Bravo, reaccionó tarde y encajó el gol.

El portugués, que sin ser el rayo de su primer año en el Valencia va recuperando el tono, cortó desde la izquierda hacia dentro, Emerson trató de frenarlo sin éxito y chutó como pudo, con la punta del pie. Claudio Bravo se tiró tarde y mal.Guido echó en falta más pericia defensiva de sus compañeros, como suele ocurrir, en cuanto el Valencia merodeaba el área bética. Álex Moreno, en la enésima incursión de Guedes, cometió uno de esos penaltis modernos que transformó Soler (61’). El medio valencianista se lesionó luego, como Racic luego y Correia a los nueve minutos de partido, pero el desorden bético pesó más que nada. Bravo salvó un mano a mano ante Musah (73'). Pellegrini, que hizo cambios pensando más en el área naranja que en la verdiblanca, no pudo evitar que el Betis se quebrara cuando más fácil lo tenía. Tropiezo inesperado y amargo.

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