Betis - Granada | La crónica

El Betis cumplió con su parte (2-0)

  • Dos nuevos goles de Juanmi le dan el triunfo a los verdiblancos frente a un buen Granada en la despedida casera de un curso maravilloso

  • La escuadra de Pellegrini volvió a ser fiel a su línea de juego, aunque había algo que no dependía de ella

Juanmi pica el balón con sutileza para anotar el primer gol del Betis.

Juanmi pica el balón con sutileza para anotar el primer gol del Betis. / Antonio Pizarro

Sensación agridulce para el Real Betis Balompié en su despedida como local a este maravilloso curso 2021-22. Los verdiblancos volvieron a henchir el pecho de los suyos con un meritorio triunfo sobre el Granada, con dos nuevos goles de Juan Miguel, hicieron todo lo que tenían que hacer, es decir, sumar tres nuevos puntos al casillero clasificatorio y ofrecer otra buena tarde de fútbol a sus aficionados, a los más de 40.000 béticos que acudieron al Benito Villamarín. Pero faltó algo y eso acontecía a unos 500 kilómetros de distancia, donde el Sevilla sacaba un punto de su visita al Atlético de Madrid con un gol de En-Nesyri en la recta final del choque.

Nunca es bueno mezclar al Betis y al Sevilla cuando se trata de analizar un partido de fútbol a no ser que se trate de un enfrentamiento directos en esos derbis que tanto apasionan a las dos orillas balompédicas de la ciudad. Pero en esta ocasión, en una tarde de carruseles, de móviles y hasta de aplicaciones televisivas en el mismo banquillo, donde Joel Robles no se ocultaba a la hora de ver el choque del Wanda Metropolitano e ir contándole a sus compañeros lo que allí estaba aconteciendo, es inevitable moverse entre las churras con las merinas a la hora del análisis más global, del necesario en el arranque de este relato balompédico.

Cierre inmediato del paréntesis para tratar de desmenuzar lo que sucedió sobre el césped del Benito Villamarín y no en la grada o en el propio banquillo. Lo que acontecía era, inicialmente, que Manuel Pellegrini era fiel a sus ideas en la gestión de la plantilla. El chileno hacía algunos cambios respecto a la cita intersemanal en Valencia, pero en realidad apostaba por su once más reconocible y titularísimo. Salvo el sancionado Bartra y el lesionado Claudio Bravo, sustituidos por Édgar y Rui Silva, respectivamente, era calcado al que afrontó la final de la Copa del Rey contra el Valencia.

El máximo responsable deportivo de que este Betis haya alcanzado el nivel que ha demostrado a lo largo de la mayor parte del ejercicio no quería ningún tipo de distracciones. El Betis tenía que cumplir con su parte del contrato, es decir, debía imponerse al Granada para esperar a que la carambola final estuviera una jornada más cerca de producirse.

Y los verdiblancos salieron con toda la intensidad a pesar de que también se encontraron enfrente a un Granada que nada tiene que ver con el mortecino que entrenaba Robert Moreno. Los rojiblancos también salieron con la intención de crearle problemas a su ex compañero Rui Silva y plantearon todo desde una sólida defensa, un centro del campo con equilibrio entre la creación y la destrucción y las dos referencias arriba de Jorge Molina y Luis Suárez. Y también fueron capaces de llegar hasta la portería bética más de una vez, vaya que sí.

La diferencia, sin embargo, era bastante clara en un caso y en otro. Mientras que los visitantes debían tocar mil veces con acierto para ir avanzando metro a metro, el ejercito de Pellegrini era capaz, una vez más, de crear ocasiones de gol con su habilidad para hallar los espacios más dañinos. Este Betis se mueve así, a ritmo de rock and roll, y lo hace todo por la vía más tremendista sin desdeñar el buen gusto, para que nadie se equivoque sobre los gustos futbolísticos de quien esto suscribe.

Había medio asustado Collado, buen partido el del joven de la cantera del Barcelona, a Rui Silva y de inmediato ya llegaría la primera ocasión clarísima de los verdiblancos. Minuto 5, Borja Iglesias recibe de espalda dentro del área y tiene la serenidad y la clarividencia para encontrar a Juanmi completamente solo en el interior del área pequeña. Cabe suponer que el malagueño no se esperaba que el balón le llegara en una situación tan ventajosa, pues de otra forma no se entiende que un goleador tan reputado pudiera errar semejante opción de gol. No supo qué hacer, tal vez porque pensó que estaba en fuera de juego al verse tan cerca de la portería y sin nadie alrededor, y al final trató de golpear la pelota con el exterior para dársela fácil a Maximiano.

Siguieron las llegadas del Granada, pero una pelota peleada por Canales en el eje del campo acababa con un pase perfecto del cerebro bético para Juanmi. Otra vez Juan Miguel se plantaba en solitario delante de Maximiano, pero la ejecución en esta ocasión sí era digna del depredador, de ese goleador que convierte un elevado porcentaje de las opciones diáfanas para marcar. Toque suave picando el balón y el Betis ya estaba por delante en el minuto 14.

La tarde se encauzaba a partir de ahí a pesar de que el Granada multiplicó sus acercamientos hasta Rui Silva, aunque entre los méritos del portero bético y los desaciertos de los rematadores no llegaría a cantar ningún gol esta vez. El Betis había cedido terreno, Fekir no ayudaba mucho en la retención de la pelota arriba, aunque Borja Iglesias y Canales sí lo hacía y hasta fabricaron un nuevo pase a Juanmi que éste no supo entender esta vez.

La segunda mitad, después de recibir buenas noticias de otros campos, seguiría más o menos por el mismo camino, aunque el Betis ya debió sentenciar en un cabezazo en solitario de Édgar en un córner e incluso en otro remate contra su propia portería de Petrovic. Hasta que le llegó de nuevo a Juanmi en un espectacular pase de Rodri que también era convertido con calidad por el malagueño.

El Betis había vuelto a cumplir con su parte, con ganar el partido contra el Granada y, además, lo hacía con dos nuevos tantos de este Juanmi que pelea por el título honorífico de máximo goleador español de la Liga, pero lo que no estaba en su mano no iba a salir bien. Fútbol, nada más, y un gran aplauso para este fenomenal curso de la tropa de Pellegrini por su excelente trayectoria, incluida la Copa del Rey que luce en las vitrinas del club.

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