Betis

Fekir, omnipresente en el Betis

  • El francés tendrá descanso obligado ante el Zenit para cumplir su último partido de sanción

Fekir, tras marcar su segundo gol al Levante.

Fekir, tras marcar su segundo gol al Levante. / RBB

Omnipresente, omnipotente, omnisciente de los arcanos del fútbol, de los reales y también de los posibles, el hacedor Nabil Fekir lo mismo marca un gol de córner que de falta donde se la pongan, abre y cierra latas como en la victoria del Betis ante el Levante (2-4), tiene la pelota como y cuando quiere y lo juega todo hasta que no le dejan, como el próximo jueves ante el Zenit en San Peterburgo cuando descansará a la fuerza.

Será después de casi dos meses, desde el pasado 19 de diciembre ante el Athlétic de Bilbao, y once partidos consecutivos después cuando el lionés descansará al cumplir el tercer y último partido de sanción que le impuso el Comité de Control, Ética y Disciplina de la UEFA por su expulsión el pasado 4 de noviembre ante el Bayer Leverkusen.

Un rifirrafe postrero con el internacional alemán de origen turco Kerem Demirbay, que también vio la roja, hizo que el árbitro inglés Anthony Taylor expulsara a Fekir en el último minuto del encuentro jugado en el Bay Arena y que, por ello, se perdiera los partidos de Liga Europa ante el Ferencvaros húngaro y el Celtic de Glasgow.

Esa jugada es ilustrativa de la paradoja que supone que un jugador superlativo en talento y uno de los que más patadas recibe sin quejarse sea uno de los más amonestados -nueve amarillas y una roja- por alguna reacción extemporánea como la que tuvo ante Kerem Demirbay, quien previamente lo había frito hasta la provocación final.

El propio Pellegrini, quien había considerado que esa expulsión le serviría de experiencia, explotó un mes más tarde en Bilbao en defensa de su jugador tras "perder con una falta en contra de Nabil después de 10 ó 15 que no le cobraron a él: es una vergüenza cómo tratan los árbitros a Nabil", afirmó.

El 16 de diciembre ante el Talavera en Copa del Rey fue el último día en el que Fekir descansó y, desde ese partido lo ha jugado casi todo y, por encima de las estadísticas que cada día hacen más parecido el fútbol al baloncesto, ha sido pieza clave y básica en su omnipresencia en el juego de los del chileno Manuel Pellegrini.Sólo una vez desde entonces no salió en el once inicial, frente al Celta en el Benito Villamarín el pasado 2 de enero, cuando sustituyó en el minuto 58 al mexicano Andrés Guardado; y en cuatro fue sustituido: frente al Valladolid por Sergio Canales en el minuto 57, ante el Alavés por Víctor Camarasa (82), contra la Real Sociedad por Joaquín Sánchez (88) y el Villarreal por Cristian Tello (87).

El resto, todo suyo y lo suyo en todo, por presencia, por pedir siempre el balón, por conducirlo, por regatear, por estar y ofrecerse siempre y hasta por defender y cortar jugadas en su área en los últimos minutos de partidos como el de la ida copera ante el Rayo en Vallecas, lo que habla y mucho de la implicación del galo en la idea de Pellegrini.

Consecuencia de esta identificación con el club, el concepto del chileno y sus objetivos, Nabil Fekir renovó su contrato con el Betis, al que llegó en el verano de 2019 procedente del Olimpique de Lyon, hasta 2026 y, desde un aparente retraimiento inicial, ya se expresa en español superada su lógica adaptación a LaLiga y a la ciudad.

"Estamos fuertes en todos los aspectos del campo. Hemos creado una estructura muy buena para hacer ocasiones y marcar goles", manifestó a los medios del club el mediapunta francés, quien en lo personal dijo encontrarse "bien" aunque antepuso "poder ayudar al equipo a estar lo más arriba posibletenemos un grupo con calidad y lo estamos demostrando", afirmó.

En los casi 2.500 minutos que ha sumado en los 30 partidos que ha jugado en esta temporada, el lionés ha marcado nueve goles, dado ocho pases de gol, ésos que ahora dan en llamar asistencias, y sobre todo ha sido decisivo en la enjundia que dan en partes iguales su presencia en el campo y sus aparentes ausencias cada vez más infrecuentes, la una por motivos obvios y la otra por lo que puede estar rumiando en sus abstracciones.

En plena madurez a sus 28 años, Nabil Fekir llegó al Betis tras la marcha al Tottenham Hotspurs inglés del argentino Giovanni Lo Celso, cedido ahora en el Villarreal, y lo hizo por unos veinte millones de euros más diez en incentivos.

Pellegrini ha sido el artífice de macerar la personalidad y el juego del francés hasta alcanzar el nivel que le llevó a la selección francesa y con el que fue campeón del Mundo en Rusia en 2018, de ratificarle los galones que traía de serie en su ADN de talento y de abrirle las puertas al margen de crecimiento de su juego que aún se le vislumbra: aunque parezca difícil.

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