A ritmo de caracol Europa es una utopía (0-0)

Leganés-Betis (0-0)

El Betis regala una hora de partido y su tibia reacción posterior sólo le sirve para salvar un punto ante un Leganés que quiso ganar desde el físico

La apuesta por Borja Iglesias, expulsado, resulta de nuevo fallida

Älex Moreno persigue al exbético Aitor Ruibal.
Älex Moreno persigue al exbético Aitor Ruibal.
Samuel Silva

16 de febrero 2020 - 16:35

Sevilla/Pasan las jornadas para el Betis y el objetivo europeo es cada vez más una utopía. No sólo la distancia de nueve puntos -a la espera de que lo realice la Real Sociedad en su partido aplazado- parece hoy insalvable sino también por la dinámica en la que se ha metido el equipo, incapaz de sumar de tres en tres, sobre todo lejos de Heliópolis.

A ritmo de caracol es difícil sorprender a un rival en la Primera División y más aún cuando enfrente tienes a un Leganés que se jugará la vida de aquí al final de temporada. La tibia reacción a partir de la hora de encuentro, y tras el significativo doble cambio ordenado por Rubi al descanso, dejó al Betis con una clara oportunidad en las botas de Aleñá que le pudo dar la victoria, aunque quizá hubiera sido excesivo premio para este equipo tan ramplón sobre Butarque.

Apostó Rubi por el mismo bloque que compitió ante el Barcelona, con el cambio obligado de Joaquín por Fekir, pero pronto se vería que los verdiblancos no carburaban. El plan bético no apareció por Leganés, en una primera parte horrenda. O con el calificativo similar que se le quiera poner pero siempre alejado de lo que debe ser un equipo de fútbol que aspira a remontar en la clasificación para mirar a Europa.

Se intuyó que los verdiblancos querían mezclar el habitual juego en corto con balones en largo buscando las espaldas de los carrileros locales, pero eso apenas se vislumbró en varios envíos de Bartra hacia un desacertado Álex Moreno. El resto fue la nada. El Betis acumulaba más posesión que su rival, pero en campo propio, como el Leganés deseaba para buscar ese error con el que castigar al Betis. Lo pudo encontrar pronto Braithwaite, el más incómodo para la defensa visitante, tras un error de Bartra en la salida, pero el catalán corrigió a tiempo tras su mal envío sobre Canales.

Siovas salta con Borja Iglesias.
Siovas salta con Borja Iglesias.

Tampoco los de Javier Aguirre andan sobrados de fútbol. Con el mexicano el equipo ha recuperado confianza en su receta, pero la misma tampoco destaca por su brillantez, lo que convirtió el duelo en una batalla física pero lejos de las áreas. Sin esa salsa del fútbol, los primeros 45 minutos bien pudieron ser dedicados por los aficionados béticos a resolver el almuerzo. Del Betis apenas había noticias. Ni Canales ni William ni tampoco Aleñá aparecieron sobre el césped. Borja Iglesias era una isla en ataque, dentro de un Betis muy pobre en su juego.

Más retratado quedó Guido Rodríguez. Tras condonarlo Estrada en un forcejeo con Braithwaite en el que señaló falta del delantero, el argentino volvió a demostrar que aún le falta ritmo para el fútbol español. La siguiente pérdida le costó la amarilla y que Rubi enviase a calentar a varios jugadores para tratar de darle la vuelta al equipo y al encuentro.

Lo mejor para el Betis fue marcharse al descanso con igualdad en el marcador. Tampoco el Leganés inquietó demasiado a Joel Robles, pero el VAR revisó unas posibles manos de Álex Moreno -ninguna repetición aclaró la acción- y Recio dispuso de una clara llegada ya en tiempo de prolongación, pero su flojo disparo no alteró a Joel.

A la salida de la caseta Rubi ya había removido su apuesta inicial dando entrada a Loren y Barragán por Guido Rodríguez y Emerson, los dos jugadores amonestados en los primeros 45 minutos. Pero de inicio tampoco se notó en el juego bético, que continuaba sufriendo ante la presión pepinera y ante la velocidad de Braithwaite.

Una hora de partido tardaron los verdiblanco en realizar una salida limpia desde atrás para plantarse cerca del área del Leganés, todo un síntoma de ese bajo ritmo de juego que le había puesto a su fútbol en Butarque. Y, a partir de ese momento, y tras el bajón físico de los locales, el duelo se igualó, con un Betis que ahora sí tocaba en campo contrario y que comenzó a estirarse, y con un Leganés que ya buscó descaradamente el contragolpe como fórmula para hacer daño.

El primer aviso serio del Betis lo dio Canales en el 66’. Tras un buen pase en profundidad de Loren, el cántabro enganchó un zurdazo cruzado que obligó a la estirada de Juan Soriano, inédito hasta ese momento. También el Leganés tuvo alguna escaramuza, con Braithwaite o Aitor Ruibal, pero ambos culminaron las rápidas acciones con disparos muy desviados.

Aguirre también movió ficha para refrescar a su equipo, pero ni Óscar Rodríguez ni, sobre todo, Bryan Gil le cogieron el aire al duelo, lo que permitió que el Betis llegase a la recta final sin mirar hacia su portería.

Y así, y ya con Tello sobre el campo, parecía que el duelo se desnivelaría hacia el área local. En otra buena acción de Canales, el pase al interior del área del cántabro encontró a Aleñá, que la bajó con el pecho y remató de primeras, aunque su disparo se estrelló en Juan Soriano.

Pero cuando parecía que el Betis había dado el paso adelante definitivo, reapareció el caracol vestido de negro. Un errático Borja Iglesias, ansioso y desacertado durante todo el choque, incluso acabó expulsado en la prolongación, en otra muestra de esa impotencia bética. El tiempo pasa y Europa se aleja hasta convertirse casi en una quimera y no sólo los árbitros pueden aparecer en la diana.

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