El derbi del Betis

Ni la continuidad ni los arreones

  • El Betis vuelve a exhibir sus carencias de planificación en la medular para hallar el ansiado equilibrio

  • La mayor eficacia del rival decanta un duelo en el que Rubi acabó volcado al ataque

Emerson conduce la pelota entre Reguilón y Fernando.

Emerson conduce la pelota entre Reguilón y Fernando. / Antonio Pizarro

El Betis tiene un problema en la planificación que se ha agravado con las lesiones de William Carvalho y, en menor medida, Javi García. Esa falta de efectivos en la medular ha obligado a Rubi a experimentar con Bartra, pero a los verdiblancos se les desnuda por esa zona, sobre todo ante rivales con el físico y el juego colectivo del Sevilla.

Ni los tres centrales ni el catalán como medio de cierre sirvieron para que el Betis dominase el ritmo del partido y, además, jugando muchos minutos por detrás en el marcador. Sin ese equilibrio entre la defensa y el ataque, fundamental para conseguir un bloque sólido, los heliopolitanos quedan a merced de sus arreones de calidad, que también existe en el ataque bético.

La pizarra La pizarra

La pizarra / Elaboración propia: Dpto. de Infografía

Apostó el entrenador por darle continuidad al once que logró un meritorio empate en el Santiago Bernabéu, pero tanto el tipo de partido como el escenario eran diferentes, y ni siquiera el impulso final, con el cambio de esquema para volver a la defensa de cuatro tras la entrada de Joaquín por Feddal le dio ese plus ofensivo a los verdiblancos.

Sólo la racanería del Sevilla, que dio pasos atrás siempre que se puso por delante en el marcador, dejó con vida a los heliopolitanos, que incluso hicieron méritos para igualar entre el 65’ y el 71’, cuando Vaclík salvó a su equipo, sobre todo en un remate a bocajarro de Álex Moreno.

Defensa

Blindado con tres centrales y Bartra por delante, Rubi sí adelantó la posición de partida de sus laterales con la intención de que el Betis apretase más arriba, pero apenas consiguió el efecto deseado. El Sevilla encontró huecos en la medular bética para acercarse al área de Joel hasta que acertó con el gol de Ocampos.

La misma secuencia se repitió tras el descanso y Banega, casi sin oposición en su conducción por la zona central, halló la línea de pase para habilitar a De Jong, que esta vez sí demostró eficacia para otorgarle a su equipo esa ventaja definitiva.

Volcado al ataque con los cambios, el equipo perdió capacidad de recuperación en esos minutos finales donde, al menos, evitó los contragolpes del rival.

Ataque

La falta de salida con balón desde atrás, con Bartra y Guardado ahogados, halló la solución en Sidnei, que se multiplicó para romper líneas con conducciones o pases en esa banda izquierda donde el Betis vio la luz con Álex Moreno y Canales, los más activos con la pelota ante el desacierto de Fekir.

El nuevo varapalo del 1-2 en el 55’ llevó a que Rubi fuera colocando más jugadores de ataque sobre el césped, pero los verdiblancos sólo generaron peligro a impulsos. E incluso el desorden acabó apareciendo para que el único recurso fueran los balones colgados al área.

Virtudes

El equipo siempre reaccionó ante las adversidades e incluso generó ocasiones para igualar, sobre todo desde la banda izquierda.

Talón de Aquiles

Sin una medular fiable es difícil gobernar el juego y, ahora mismo, el Betis carece de elementos con ese perfil.

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