Betis-Villarreal | La crónica

Lo Celso inyecta oxígeno a los suyos

  • El Betis se reencuentra con la victoria gracias a los dos goles del argentino y al penalti detenido por Pau López cuando el litigio ya expiraba

  • La escuadra de Setién supo ser mucho más directa en algunas fases

Lo Celso festeja uno de los goles.

Lo Celso festeja uno de los goles. / Antonio Pizarro

Maravillosa inyección de oxígeno para el Betis de Quique Setién. La escuadra verdiblanca se reconcilió con el triunfo, lo que no es poco a las alturas del curso en la que se mueve la competición y lo hizo gracias a dos de sus elementos fundamentales, que para eso puede disfrutar de dos futbolistas de tanta calidad. El argentino Lo Celso se encargó de cantar al aire los dos goles con sendos detalles de jugador caro en donde más se cotizan esos parámetros. Dos pases a la red, a cuál de ellos más bello y preciso, sirvieron para desequilibrar el litigio, aunque nada hubiera sido igual de no aparecer el guardameta Pau López en el momento crucial, al ser más listo que Cazorla y detenerle un penalti lanzado al centro en el minuto 89.

No hubiera sido justo que todo se hubiera finiquitado con un dos a dos, sobre todo porque los béticos buscaron mucho más, y mejor, el triunfo durante el segundo periodo, pero el fútbol no entiende de ese factor que tratan de imponer los tribunales con sus decisiones. En este deporte todo se dilucida por el número de goles y el Betis puso al final en peligro su ventaja con esa mano que sacó Bartra en un centro dentro del área.

Pero no, esta vez los hados estaban a favor de la escuadra de Setién, en el supuesto plebiscito sobre la labor del entrenador cántabro al frente del Betis. Los puntos, finalmente, se quedaron en casa y el horizonte ya se puede otear con una cara muchísimo más alegre. No en vano, el cuadro heliopolitano está a sólo tres puntos del Valencia, el sexto, a dos del Alavés, que a día de hoy también tendría una plaza para jugar en Europa en la próxima temporada de no producirse verdaderos cataclismos para los finalistas de la Copa del Rey.

Todo eso es lo que indica la frialdad de los números cuando se van consumiendo fechas en este desbocado galopar hacia el final del Campeonato de Liga y ya sólo quedan por disputar siete jornadas, la próxima nada más y nada menos que con un Sevilla-Betis en ese calendario asimétrico inventado por LaLiga en este torneo. Pero para eso quedan algunos días y mejor sería centrarse en el análisis de lo sucedido esta lluviosa noche en el Benito Villamarín, que ya habrá tiempo más que de sobras para hablar sobre el derbi.

Y la primera conclusión que se puede extraer de este Betis-Villarreal tiene nombre y apellidos. Responde por Giovanni Lo Celso y tiene mucho que ver con ese supuesto bajón en el juego de la estrella argentina que luce la elástica verdiblanca. Que el papel del futbolista nacido en Rosario había perdido algo de fulgor era una evidencia en las últimas fechas, pero quien tiene la calidad siempre está a tiempo de sacarla a pasear y eso fue lo que sucedió en esta ocasión.

Porque Lo Celso se encargó de materializar en el marcador ese fútbol habitual en el Betis, que en esta ocasión combinó mucho más la recreación en los toques al balón con las rupturas y los pases profundos a los espacios que concedía la zaga del Villarreal. Fruto de ello, llegó el primer tanto, porque todo se gestó en tres toques excelentes y ganando muchos metros en cada uno de ellos. Mandi se la puso por delante a Guardado y éste, instalado en el eje, observó el desmarque que le tiró Lo Celso para colocarle el esférico en el sitio justo. El argentino se encargó del resto con una picadita magistral para eludir la salida de Sergio Asenjo.

El Betis se había puesto pronto por delante y eso, en la teoría al menos, le debía servir para atemperar los ánimos en una noche presuntamente brava. Pero no, los problemas defensivos volvieron a comparecer muy pronto y apenas un par de minutos después Funes Mori cabeceaba absolutamente solo un córner en el área pequeña de Pau López.

Otra vez a remar contra la corriente por parte de un Betis que perdió ligeramente el control, aunque sí tuvo más llegadas a las espaldas de la defensa forastera que otras veces. Por ejemplo, cuando se lesiona Bonera en una incursión de Canales. Aunque hay que ser justos y también resaltar que el rival se acercó igualmente a Pau López más de una vez.

Ya en el segundo acto sí se desequilibraría la balanza en favor de los béticos en lo referente a los sustos a Sergio Asenjo. Fueron muchos y variados hasta que volvió a acertar Lo Celso en la resolución de un barullo. El argentino tuvo toda la sangre fría del mundo para colocar con su pie derecho, el malo dicen, en el poste que no podían defender ni el guardameta ni ninguno de los defensas del Villarreal.

Desde ahí ya serían muchas las veces en las que el Betis debió sentenciar para no dar pie a que llegara algo como lo que sucedió, ese penalti de Bartra. Afortunadamente para los hombres de Setién, Pau López fue mucho más listo que Cazorla y se quedó en el centro de su portería. El Betis había salvado un disgusto inesperado y recibe una inyección de oxígeno puro con vistas a lo que aún queda por delante, que es mucho y bonito, por qué no va a serlo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios