TRAS dos triunfos consecutivos, el Betis retorna al calor de su gente. La propia ola de las victorias cuentan con la propina de la muy buena gestión del mercado invernal, lo que propicia que el ambiente festivo que hogaño se vive en Heliópolis pueda verse incrementado. Pero, cuidado, que las curvas inmediatas las traza un equipo particularmente incómodo que concede pocas ventajas y que vende muy caras sus derrotas.

Tres escalones abajo y cinco puntos menos que el Betis, la tropa de Bordalás llega de caer ante el Real Madrid en su primer tropiezo casero en Liga. Un tropiezo que se asume como parte indudable del guión liguero, por lo que no debe haber hecho mella en el aguerrido equipo azulón. Un equipo ciertamente aguerrido, pero que también cuenta con el mucho fútbol de Greenwood, esa joven perla británica, y el acierto goleador de Mayoral, sus referentes más decisivos.

Claro que junto a esos faros se halla el trabajo bien hecho que figura en el ADN de Bordalás. Un enemigo complicado ante el que hay que hacer muy bien las cosas para que doble la rodilla. Será un rival complicado para un Betis que ha recuperado efectivos, sobre todo la dupla marroquí que componen Chadi y Abde más la posibilidad nada remota de que Fornals encuentre acomodo en alguna fase del partido. Y es que tanto los marroquíes como el levantino están utilizables.

Resuelta por Pellegrini la complicada tarea de descartar gente para la Conference nos aguarda un tiempo que será rico en cambios con el fin de equilibrar la carga de trabajo. Pero volviendo a la inmediatez de LaLiga, convengamos en que esta cita con el Getafe es trascendental con vistas a seguir enganchado al tren europeo. Hablamos de un convoy en el que resulta bastante caro adquirir el billete que te permita subirte. Y así el panorama, prohibido errar ante el Getafe.