Al fin la AFE dijo esta boca es mía
Desde mi córner
Ilógica la pasividad del sindicato de futbolistas sin apelar a la legítima libertad de expresión
SUELE decirse que a buenas horas, mangas verdes cuando se esgrime sin que ya sea posible la solución. Y es lo que pasa ahora con el sindicato de los futbolistas, la llamada AFE, que ha levantado la voz cuando ya ha pasado el toro y no cabe remedio. Extrañaba que con la cantidad de injusticias que los órganos disciplinarios cometen con jugadores y entrenadores, la AFE no hubiera levantado la voz con ánimo de defender a sus afiliados.
Y al fin, el sindicato que preside David Aganzo ha dicho esta boca es mía cuando habla de decisión anticonstitucional impedir que los futbolistas hablen de los árbitros. Blanco y en botella resulta difícil de explicar cuando vivimos en un país en que en aras a la libertad de expresión quedan impunes insultos y descalificaciones a las más altas instancias del Estado. Era mucho el tiempo que llevábamos extrañados de que la AFE no se pronunciara al respecto y llega lo de hoy.
Está claro como el agua más clara que la posición de los árbitros es de privilegio y más propia de regímenes autoritarios que en una democracia. Por lo pronto, si ya choca que los árbitros no puedan defenderse de críticas por la prohibición que sufren de no hacer declaraciones, choca aún más que el peso de una ley manifiestamente injusta caiga por una opinión y eso es difícil de digerir. Y lo de Canales es manifiestamente complicado de comprender, pues ni insulto hubo.
Y ahora ya opina la AFE y hasta el Betis se va a la justicia ordinaria, lo que quién sabe si no producirá un daño mayor. Ocurre que si el TAD falla en contra del recurso bético, la sanción habría de cumplirla de inmediato. ¿Y cuándo será eso? Ya quedan tres partidos por cumplir y en lontananza hay choques de mucha trascendencia. Unos por motivos clasificatorios y un derbi que ya sabemos lo que encierra podrían llegar sin Canales. A ver si el remedio no empeora el mal.
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