ESTABA viviendo su curso menos brillante desde que llegase al Betis en el verano de 2019 y ahora ve cómo dicho curso se le acaba de un plumazo. Entre sanciones y lesiones, la vida de Nabil Fekir en el Betis nunca tuvo la regularidad deseada, pero son tan esplendorosos sus chispazos que en esta hora del dolor duele en el alma que el ejercicio se vea ya sin el concurso de este auténtico mago que hace magia con un balón en su zurda.

Sin duda alguna este franco-argelino ha contribuido de forma determinante a la eclosión verdiblanca. Una eclosión que tuvo su cima el 23 de abril en la Cartuja y ahora, cuando Real Madrid y Manchester United son los primeros obstáculos en la gymkana que aguarda al Betis, Fekir se ha roto para un tiempo no determinado, pero que será tan largo como suele durar una lesión de rodilla tan complicada. Y dicho lo cual, ¿qué escenario será el que viva el Real Betis Balompié?

Con Canales aún en el taller de reparaciones, el secreto de la cuestión habrá de fiarse a los buenos oficios de ese hallazgo que el Betis encontró en la figura de un andino que no se altera por nada. De los siempre acertados oficios de Manuel Pellegrini hay que esperar lo adecuado para que la vida bética sea bonancible. Por supuesto que milagros ni siquiera los jueves, pero de la buena mano de este entrenador cabe esperar que las tribulaciones no abunden.

Sin Fekir, el papel de Ayoze debe cobrar importancia, pero es que esa inoportuna lesión del pied noir lionés también puede posibilitar que el adiós de Joaquín sea en loor de multitud y por una puerta más grande de lo que se temía. Luiz Henrique, Rodri, quizá Juan Cruz y alguno más pueden hallar opciones de ser útiles porque a la fuerza ahorcan y esta lesión del genial Nabil Fekir daría la posibilidad de algo tan recurrente como lo de que no hay mal que por bien no venga.