Los éxitos no llegan por casualidad y que el Eibar esté cumpliendo la mejor temporada de su historia responde al trabajo realizado desde su dirección deportiva, con una plantilla equilibrada y con los efectivos justos, y también desde el banquillo, con un José Luis Mendilibar que ha afinado su orquesta para convertirla en un equipo competitivo en cualquier estadio.

Si ya desde el inicio de la Liga, el Eibar se instaló en una zona cómoda de la clasificación, la segunda vuelta, esa misma que lo condenó en otros tiempos, lo ha disparado hasta meterlo en la pelea por la zona europea. Sus 24 puntos lo convierten en el cuarto mejor equipo en este tramo de la temporada y únicamente Real Madrid y Sevilla lo han doblegado.

Como visitante sus prestaciones también se han elevado. Eliminadas las dudas del inicio liguero, los de Mendilibar sólo han perdido uno de sus últimos ocho encuentros lejos de Ipurúa, precisamente el que disputaron en el Sánchez-Pizjuán, cuando hasta el propio Jorge Sampaoli admitió lo injusto del resultado.

Con la base del pasado año, Mendilibar ha terminado de perfilar un equipo con identidad propia y en el que las incorporaciones de jugadores como Pedro León le han dado ese salto de calidad para mirar hacia arriba.

sin balón

Ya sea con el 4-4-2 o con la variante del 4-2-3-1, el espíritu colectivo se refleja en ese inicio del trabajo defensivo por parte de los hombres más adelantados. Le gusta a Mendilibar realizar una presión alta que incomode la salida de balón de sus rivales, pero su equipo también se siente cómodo cuando se repliega y hace valer la fortaleza de sus centrocampistas y centrales.

El eje formado por Dani García y Escalante se antoja esencial para alcanzar ese equilibrio tan deseado por los entrenadores y que los de Mendilibar han conseguido en la mayor parte de los encuentros de esta Liga.

con balón

Su fútbol es el reflejo de un equipo con las ideas claras, que busca el toque cuando la situación lo requiere, pero que también emplea un juego más directo para evitar la presión del rival y aprovechar las virtudes de delanteros como Enrich o Kike, que se desenvuelven con acierto por el aire y con capacidad rematadora.

A Mendilibar también le gusta partir con laterales de vocación ofensiva, que se desdoblen en el ataque y que las jugadas finalicen con centros al área. Además, este empleo del juego por las alas permite un repliegue ordenado si se produce una pérdida de balón, lo que dificulta que los rivales hallen espacios para sorprender al contragolpe.

Si Dani García le permite combinar en la medular, la presencia de Pedro León en el ataque, aunque parta desde la derecha, le otorga un añadido de calidad al juego eibarrés, y no sólo por el excelente golpeo del murciano sino por su lectura del juego y apariciones en el área.

lo mejor

Mendilibar le ha dado un sello propio a su equipo. Aguerrido durante 90 minutos y con destellos de calidad para superar los obstáculos.

lo peor

Algunos errores individuales atrás le han costado goles; en ocasiones necesita producir mucho para anotar.