Pellegrini y el Betis, un entrenador ganador y ¿un club indeciso?

Los resultados y el crecimiento de los verdiblancos no apuntan a un final de ciclo del entrenador chileno, pero la incertidumbre actual en cuanto a su futuro genera dudas sobre si en el seno de la entidad heliopolitana se sigue, o no, creyendo en él

Manuel Pellegrini recibiendo la placa conmemorativa de sus 200 partidos
Manuel Pellegrini recibiendo la placa conmemorativa de sus 200 partidos / RBB

Sevilla, 21 de noviembre 2025 - 19:06

Recta final de noviembre y el bético sigue asistiendo atónitamente a capítulos constantes en torno a la renovación (o no) de Manuel Pellegrini por la incertidumbre que rodea al asunto.

Lo lógico -siempre a priori porque en el fútbol dos más dos no son cuatro- es que El Ingeniero acabe renovando, pero por ahora no hay acuerdo. Y que el foco, a estas alturas de la temporada, esté puesto en el futuro de la figura principal del crecimiento continuo de la entidad verdiblanca -sin desmerecer nunca el trabajo del club- resulta un tanto innecesario, un problema donde no debería haberlo.

Y ya no es una situación más de mercado en el mundo del fútbol. No lo es porque se trata de uno de los mejores entrenadores -para muchos béticos el mejor- de la historia del club de Heliópolis, y su nombre sigue coreándose en La Cartuja como antes en el Villamarín. Además, Pellegrini sigue hablando muy claro en sala de prensa sobre futuro. No es la primera vez que dice que no se trata de una cuestión económica (no solicita un sueldo desorbitado). Quiere seguir y se siente muy a gusto en el Betis, querido por una gran mayoría de la afición, y no ha perdido ni un ápice de ambición y exigencia.

Solicita un año más de contrato (hasta 2027), luego ya habrá tiempo de ver qué le depara el futuro -su ilusión, como ha expresado en más de una ocasión, es la selección chilena y de fondo el Mundial 2030-. Queda claro, por tanto, que la confianza y el deseo del preparador chileno pasa por continuar en el Betis, pues él mismo no se cansa de repetirlo. Ahora, falta por despejar la gran incógnita: si esa confianza, o ese convencimiento en seguir creyendo en la figura del santiaguino, sigue existiendo, de verdad y no con la boca pequeña, en el seno de la entidad de Heliópolis.

Pellegrini tiene sus defectos y virtudes. Una misma manera de jugar, pocas variaciones tácticas durante los partidos, muchas veces no está del todo acertado en los cambios... Pero todo eso se diluye por una simple razón objetiva: gana muchísimo más que pierde. Así lo indican los resultados, los números. En definitiva, algo fundamental en el fútbol, estabilidad. Estabilidad en cuanto a metas deportivas y en algo fundamental, el vestuario. Y sin olvidar, que su figura es una gran atracción de cara a la hora de firmar buenos futbolistas (Isco, Antony...).

Objetivamente, por tanto, resultados deportivos positivos, crecimiento continuo, vestuario en orden, jugadores que siguen creyendo en su idea futbolística... Nada de eso hace intuir por ahora un final de ciclo. Lo que funciona no se toca y el Betis con Pellegrini sigue funcionando. Pero esta incertidumbre...

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