Diecisiete mil espectadores para ver un entrenamiento podría entrar en el libro de los récords. Es lo que pasó el lunes en el santuario de los béticos como paliativo al síndrome de abstinencia que están padeciendo todas las aficiones en general y muy en particular la bética. Y es que la gente que profesa la fe de las trece barras es un ejemplo de fidelidad, que para eso el eslogan al que se agarran desde siempre es el manque pierda.

Aunque haya quienes minusvaloran los efectos de semejante grito, no cabe duda de que estamos ante el efecto motorizador del beticismo. Un efecto ampliamente multiplicado por el buen discurrir del equipo en el campo. Ni siquiera las continuas informaciones sobre la posible disolución de la entidad le encogen el ánimo al bético de a pie. Y de esa forma se ve la cita de mañana con Athletic Club como el regreso a esa fiesta que suelen ser los partidos del Real Betis Balompié.

Y en este estado de cosas, con el equipo en situación continental y la Supercopa con el día 12 entre ceja y ceja, aparece un rumor que encierra un sentimiento agridulce. El rumor es de aúpa, ya que pone al idolatrado Panda en la órbita del Atlético de Madrid por un buen pellizco. Pero entre las costuras del rumor, una incógnita de calado es la de qué dinero darían los colchoneros para hacerse con el gallego. Y ahí es donde el rumor puede quedarse en eso, en un rumor más.

Todo indica que la cantidad que le quitaría al Betis el problema económico no va a hacerse realidad. Conque lo más probable es que Borja continúe a las órdenes de Pellegrini para alborozo de la hinchada y contento del chileno. La realidad es que en estos momentos vive el beticismo unos días tan agradables que si el Atlético de Madrid no llega a la cantidad que le arreglara la vida al Real Betis Balompié y el Panda se queda, miel sobre hojuelas y cartuchos al cañón.