De sólido a vulnerable en un solo movimiento

El Betis estaba siendo un equipo muy compacto. Con una estructura sólida dibujada sobre un 4-4-2 y sustentada en el doble pivote que formaban Marc Roca y Johnny Cardoso, aparte de encontrar la suerte –que otras veces no acompaña– del gol, lograron los de Pellegrini armar un sistema defensivo pétreo y elástico que basculaba para cerrar todos los huecos posibles a un Celta que se desesperaba, pero a esa primera media hora de felicidad, tanto defensiva como ofensiva, siguió una metamorfosis para peor que acabó rompiendo en la segunda parte. Sobre todo, con la salida del campo de Marc Roca, cuando ya el equipo verdiblanco era una presa vulnerable e incapaz de competir que se dejaba remontar por un rival que acumula muchos problemas y también tiene muchas carencias en su plantilla.

Antes de eso, el Betis fue un equipo vertical que en la primera media hora hizo dos goles y fabricó bastantes ocasiones para haber sentenciado el partido, por si ya un 0-2 no era una suficiente renta.

Defensa

Hubo un antes y un después del cambio de Altimira por Marc Roca, el que acabó desajustándolo todo. No obstante, ya la amarilla que había visto Perraud y el cambio en el descanso dando entrada a Ricardo Rodríguez dio alegría al Celta por esa banda. Fue la primera medida para ir dando vida al rival, que poco a poco fue aprovechando la pérdida de tensión defensiva de los béticos, que ya se atisbaba en los últimos minutos de la primera parte. El doble pivote que formaban Marc Roca y Johnny, pese a tener dos extremos ofensivos como Antony y Jesús Rodríguez, se organizó bien para mantener al equipo ordenadito y no dejar huecos al Celta. Pero todo cambió con la entrada al campo de Altimira, quien no medía bien en cada salida, generaba huecos y, además, volvía con cierta lentitud.

El equipo se desequilibró claramente con esos primeros cambios y el Celta lo aprovechó. Los centrales empezaron a sufrir y los nervios se apoderaban del equipo. Un 2-0 a favor con muchos minutos por delante conlleva un peligro importante en lo psicológico por el riesgo de relajación y ahí cayó el Betis.

Ataque

Pellegrini acertó al equilibrar con dos puntas (Bakambu e Isco) el dominio de centrales –tres– del Celta por su esquema 3-4-3. Y la calidad que sale de la asociación entre el malagueño y Antony es mucha. El brasileño terminaba de romper el partido a favor de los suyos en una gran primera parte en la que hasta Bakambu sumaba pese al gol que falló con 0-0.

Pero después todo se truncó y cuando hizo falta volver a mover el árbol ya era tarde. Abde fue más dinamizador de lo que lo estaba siendo ya Jesús Rodríguez, pero ya era insuficiente para un Betis que había perdido su sitio en el partido.

Virtudes

La primera media hora fue muy buena, de las mejores de la Liga.

Talón de Aquiles

Es preocupante que un sistema defensivo pase de ser sólido a vulnerable en un plis plas.