Nerviosismo, agitación, sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe, aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada, sudoración, temblores, problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual. Muchos son los síntomas que nos pueden situar ante un trastorno de la ansiedad. Pero hay uno menos conocido e igual o más devastador: la desrealización. 

Este síntoma incluido dentro de las enfermedades mentales no es más que el sentimiento de estar aislado, dentro de una película o un sueño, desconectado de la realidad, en un entorno distorsionado o exagerado. Alejando hechos ocurridos recientemente o sintiendo que ciertos objetos aumentan de su tamaño real cuando no es así. 

La desrealización es el sentimiento de estar aislado, dentro de una película o un sueño, desconectado de la realidad, en un entorno distorsionado o exagerado

No se comprende bien la causa exacta del trastorno de desrealización. Ahí entran factores genéticos y ambientales. Episodios relacionados con traumas de la infancia u otras situaciones que nos hayan marcado en el pasado o un estrés emocional grave acumulado.

Cómo ponerle freno a la desrealización

Los expertos recomiendan acudir al médico en el momento que este tipo de hechos puntuales te alteran o perturban emocionalmente, ya que afectan directamente en todos tus ámbitos: laborales y personales, con consecuencias más graves aún de lo que siente en su día a día una persona con TOC. El principal tratamiento para el trastorno de desrealización es la psicoterapia, aunque a veces también se utilizan medicamentos.

La terapia de conversación ayuda a controlar los síntomas y hacerlos desaparecer. Es fundamental realizar la máxima pedagogía posible, haciéndole entender al paciente por qué ocurre la desrealización, enseñándole técnicas que le distraigan de los síntomas que padece y mantenerle conectado a la realidad que está viviendo y no a ese mundo imaginario que su mente está percibiendo. En paralelo se hace necesario indagar en la vida del paciente para descartar o averiguar qué episodios del pasado están pudiendo causar esos efectos en su apreciación de la realidad, impidiendo que termine hundiéndose en estado de depresión.

Respecto a los medicamentos, no hay ninguno aprobado específicamente para el tratamiento del trastorno de desrealización. Sin embargo, se suelen usar aquellos que los facultativos emplean para tratar la depresión y la ansiedad, en ocasiones asociadas a este trastorno poco conocido.