Claves para mantener la armonía en las cenas familiares: cómo evitar las tensiones antes, durante y después

Investigación y Tecnología

Sonia Díaz Rois (Experta en gestión de la ira): "No puedes cambiar a los demás, pero sí puedes decidir cómo reaccionar"

Esta experta en gestión de la ira nos explica cómo sobrevivir a la cena navideña sin caer en el efecto 'cuñading'

Cena de Navidad
Cena de Navidad / Freepik

Los encuentros en Navidad pueden salir bien o pueden salir mal. Si todo está bien, no habrá problemas, pero si tenemos cosas guardadas desde hace mucho tiempo y no hemos tenido ocasión de hablarlo con esa persona, puede que la velada acabe en un cruce de reproches fruto de conflictos sin resolver.

Si no queremos pasar un mal rato, debemos tomar algunas precauciones al respecto y en este caso, le cedemos la palabra a Sonia Díaz Rois, mentora y coach, experta en gestión de la ira y autora del libro Y si me enfado, ¿qué? Cómo autorregular las emociones, gestionar la ira y volverla a tu favor, quien nos hace algunas recomendaciones que podemos entrenar antes, durante y después de la cena familiar que nos serán de utilidad para mantener la armonía y evitar las tensiones innecesarias.

Antes del encuentro familiar

Lo primero que podemos hacer antes de acudir al encuentro familiar es, según Sonia Díaz Rois, prepararnos mentalmente para ello imaginándonos todo tipo de situaciones. Así podemos decidir con antelación cómo queremos afrotarlas.

"Nuestra mente no distingue demasiado bien lo real de lo imaginado, así que gracias a este ejercicio le estaremos dando información para nos ayude a disponer de más alternativas y tomar decisiones acertadas, llegado el momento de caos", asegura.

Antes de dejarnos contagiar por esos pensamientos que rumian constantemente en nuestra cabeza para que no se nos olvide nada en caso de llegar a vivir esa situación tensa, lo que podemos hacer es tratar de evitar ser el detonante de las discusiones con los demás.

En este sentido, la coach experta en gestión de la ira nos explica que "cuando hablamos de roces familiares, solemos culpar a los demás y rara vez reconocemos nuestra parte de responsabilidad. Prestar atención a este punto nos ayuda a prevenir situaciones incómodas y gestionar mejor las reacciones propias y las de los demás".

De esta forma, evitamos idealizar la perfección y dejamos margen al error. "Si asumes con total normalidad que habrá algún que otro desacuerdo, estarás mejor preparado para afrontarlos con calma", asegura.

Durante el encuentro familiar

Hay tres cosas que debemos tener presente durante el encuentro: la comunicación, la escucha y la empatía ya que es una forma de prepararnos para poner límites con asertividad. Esto sucede, por ejemplo, cuando alguien suelta algún comentario que no nos gusta escuchar o nos hace preguntas a las que no nos apetece responder, ni dar explicaciones al respecto. De hecho, nos sentimos incómodos interiormente porque no queremos contestar, consideramos que forma parte de nuestra intimidad, pero como se trata de la familia parece que no suena bien responder con una negativa.

Pues Díaz Rois nos dice que "si no te apetece hablar sobre el tema, estás en todo tu derecho a decir 'no' sin sentirte culpable y rechazar una conversación con preguntas que para ti son incómodas, sin necesidad de justificarte. Eso sí, no hace falta ser desagradable" y nos recuerda que debemos "aplicar la asertividad para hacerte respetar al mismo tiempo que eres respetuoso con los demás". 

No todas las personas se toman bien esa respuesta y puedes encontrarte con algún gesto de alguien que parece estar incómodo, pero no lo tomes como algo personal. La coach y mentora apunta que "si no sabes qué le pasa, inventa algo amable para ti y para esa persona. Y si hay mucha confianza, puedes preguntarle cómo se encuentra y si puedes hacer algo para amenizarle un poco más el encuentro. A veces, un pequeño gesto hace milagros".

Después del encuentro familiar

Después del encuentro familiar, hay familias que vuelven a sus rutinas dejando los conflictos sin resolver pensando en que "no llegará la sangre al río" o que, con el tiempo, se olvidará y nos perdonaremos. En este sentido, Sonia Díaz Rois nos recomienda "poner las cartas sobre la mesa" porque "está bien ser tolerantes y aceptarnos los unos a los otros, pero al mismo tiempo esa conexión y esa confianza deberían ser una buena base para tratar temas que nos molestan abiertamente".

No tiene por qué ser en ese momento, sino en otro en el que ambos estéis más calmados y consideréis que es el mejor para hablarlo. A veces resulta incómodo, pero la escucha será activa porque lo principal es que los dos estáis ahí para solucionar un problema y que sea de la mejor manera posible. "Si haces esto, poco a poco se resolverán esos temas que surgen una y otra vez enrareciendo los encuentros de la manera más tonta. No puedes cambiar a los demás, pero sí puedes decidir cómo reaccionar", concluye la mentora y experta en gestión de la ira Sonia Díaz Rois.

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