Investigación

El fin de las alergias podría estar en un nuevo tratamiento a base de polvo de granja

El fin de las alergias podría estar en una nueva pastilla a base de polvo de granja

El fin de las alergias podría estar en una nueva pastilla a base de polvo de granja

Las enfermedades alérgicas son un problema de salud pública mundial, lo que significa no solo una disminución de la calidad de vida de los pacientes, sino también una disminución de las condiciones de salud y de trabajo. Esto se complica más cuando su prevalencia va en aumento en todo el mundo tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, debido en parte a la crisis climática global. En España, las cifras no son mucho más tranquilizadoras: 14 millones de personas con algún tipo de alergia y asma que afecta al 5 por ciento de la población adulta y al 10 por ciento de los niños.

Los tratamientos funcionan a base de antihistamínicos, que también merman en cierta medida la calidad de vida de los pacientes por los efectos secundarios derivados. Pero debido a estos alarmantes datos, no es de extrañar que varias líneas de investigación giren en torno a estas afecciones. 

En este sentido, un equipo de la Universidad de Múnich, ha dado más fuerza a una teoría que ya había sido explorada: el polvo de granja como remedio. Este grupo ha concluido que tener contacto con animales de granja durante los primeros años de vida tiene un efecto beneficioso para prevenir el desarrollo de enfermedades alérgicas respiratorias.

En una muestra de más de 1.000 personas, los resultados mostraron que aquellos que habían tenido relación con granjas en su infancia desarrollaban en menor medida, a lo largo de su vida, síntomas de rinitis alérgica. La prevalencia de estos fue del 10 al 24% en los participantes que nunca habían tenido trato con granjas en su infancia y del 4 al 10% para los que sí. 

Otro estudio pionero

Durante años, científicos estadounidenses estudiaron las condiciones en las que vivían los niños de las comunidades agrícolas amish de Ohio y Pensilvania. Esta investigación pionera fue publicada en 2016 por la revista New England Journal of Medicine y buscaba respuestas a un aparente milagro: por qué los niños amish no desarrollan asma. La respuesta radicó en la misma conclusión que este nuevo estudio, el contacto con los animales de granja. 

Según Mark Holbreich, el alergólogo de Indianápolis (Estados Unidos) que comenzó a investigar a estas comunidades acostumbradas a vivir al margen de los avances tecnológicos, las boñigas de vaca son 'oro líquido'.  Y calcula que, con cada inhalación de aire, un niño amish recibe una exposición a los microbios mil veces mayor que uno de ciudad. ''A la hora del desayuno los niños amish tienen hongos y detritus en la ropa, las uñas… Están flotando en el ambiente. Es un entrenamiento de campeones''.

Esto apunta a que los niños que han crecido rodeados de animales de granja han tenido la oportunidad de tener relación con una mayor diversidad microbiana. Son estas mismas las que entrenan el sistema inmune de los niños y no los hace vulnerables a futuras exposiciones. 

En una entrevista para The Guardian que la intención es, a partir de estos resultados y estudiando los beneficios del polvo y granja y la leche mínimamente procesada, "desarrollar un tratamiento que, en el mejor de los casos, logre prevenir el asma y las alergias". 

Ahora, los enfoques giran en torno a dos caminos: la exposición en los primeros años de vida a este tipo de entornos de los niños, algo que resulta una tarea difícil; o, por otro lado, la búsqueda de un tratamiento, a través de una pastilla o algún producto inhalado que muestre resultados esperanzadores.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios